El festival prometía ser una de las grandes sorpresas del año, donde hasta el mismo Coachella se quedaría pequeño. La boletica costaba la módica suma de 12.000 dólares o si usted iba en grupo podía conseguir algo por 25.000 dólares.
Más que un festival era una experiencia en una isla en las Bahamas que alguna vez fue propiedad de Pablo Escobar (así lo promocionaban con mucho orgullo en el video invitación) y grupos como Major Lazer y Blink 182 serían los platos fuertes.
Influenciadoras como Kendall Jenner y Emily Ratajkowski se encargaron de promocionar el Fyre Festival en sus redes sociales. Pero la primera fecha (abril 28-30) no fue como sus adinerados asistentes lo esperaban: el cayo Fire donde se iba a hacer era un terreno sin construir y lo de Pablo Escobar lo usaron como un gancho más, la comida gourmet fueron refrigerios entregados en platos de icopor y las lujosas habitaciones eran carpas sin aire acondicionado.
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Hey @GordonRamsay what would you rate #fyrefestival gourmet meals? pic.twitter.com/SYJIgwAIYp
— Rain Man (@omgRainMan) April 28, 2017
Idk what people are complaining about, the Kapua Suite at #fyrefest exceeded expectations pic.twitter.com/LxPQahah7x
— Ray (@mreymeaux) April 28, 2017
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El aeropuerto colapsó por la gente que intentaba devolverse a sus casas, las agrupaciones cancelaron y al final los organizadores del festival – uno de ellos el rapero Ja Rule- se limitaron a pedir excusas en un comunicado y a devolver el dinero.