El Drunken Fox se ha convertido en un santuario para los rockeros capitalinos. Desde la música, el ambiente y los jams que se arman hacen de este bar un lugar de culto. En el 2014 abrieron sus puertas y desde ahí la fiesta y el buen parche no han parado. El 26 de mayo
celebraron con todas las ley dos años desde que abrieron la puerta y ahí estuvimos.
Fotos por: Fox