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El cambio de normatividad en internet que nos puede dejar sin memes

¿Cómo el cambio de normatividad en la unión europea puede afectar nuestros memes?

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Trifonenko / Getty Images

¿Se imaginan un continente sin la posibilidad de acceder a memes? El internet como lo conocemos está a punto de cambiar. Podrían bloquearse miles de videos, migrar productores de contenido a otros países y, lo más grave, podrían banearse gran cantidad de memes.   La unión europea busca regular el copy right en internet a través de una directiva llamada "Directive copy right in the digital single market”. Las directivas no son leyes, no obstante, van a afectar la forma en que los países de la unión europea van a crear normas en relación al internet. 

Por: Juan Camilo Ospina 

Por el momento la directiva no se ha aprobado, sin embargo, se encuentra en proceso de debates y reformas. Plataformas como Twitch, YouTube, Twitter, Instagram y otros podrían verse afectadas por esta directiva. Ahora bien, alguien se podría preguntar si eso que pasa en la unión europea afecta a Colombia, la respuesta es ¡sí! Al ser el internet una red global, el aislamiento de un continente de productores de contenido va a tener efectos en las dinámicas de creación, distribución y consumo de información a nivel mundial. 

Esta legislación busca resolver un problema al que se enfrenta la sociedad contemporánea, el copy right. Parece ser que publicar en las redes sociales fragmentos de nuestro libro favorito o la letra de la canción que está de moda podría considerarse ilegal. A pesar que la producción cultural es tan antigua como el hombre mismo, la intención de atribuirse la autoría sobre una obra es reciente. Para entender los derechos de autor primero debemos comprender qué es un problema de propiedad privada, en otras palabras, qué es mío y qué es suyo. La primera legislación sobre los derechos de autor fue “El Estatuto de la Reina Ana” en Inglaterra a partir de la aparición de la imprenta. Esta normativa fue enfocada a corregir los problemas existentes en torno a la reproducción y venta de obras literarias. En esos primeros tiempos todo el poder lo ejercían los editores y no se reconocía importancia ni beneficios a los autores. 

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Con el paso del tiempo definir quién era el creador y beneficiario de una obra se fue complicando en la medida que surgieron interrogantes como, ¿Cuándo un artista trabaja en una empresa, de quién es la obra? ¿Cómo distribuir los derechos de autor en un grupo de productores? En el caso de una canción ¿Quién es el productor, quien compone la letra o los arreglos musicales? ¿Cuál es la línea que separa la inspiración artística al plagio? Para definir este tipo de preguntas actualmente los derechos de autor y los asuntos que derivan de estos son regulados por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI o WIPO en inglés), organismo perteneciente a la ONU. Según la OMPI, la propiedad intelectual se relaciona con las creaciones de la mente. Estos derechos incluyen el «derecho patrimonial» que consiste en compensaciones económicas cuando alguien más utilice su obra y, los «derechos morales» que consisten en la decisión del autor sobre cómo difundir su obra, si quiere ser mencionado o permanecer en el anonimato, si prefiere solicitar el reconocimiento por su autoría y hasta exigir que no se hagan cambios a su producción.

Internet favorece por definición la difusión de contenidos y ésta es una de sus grandes ventajas: la facilidad que nos da la web para conseguir toneladas de recursos en respuesta a cualquier búsqueda supone un gran avance. La contrapartida es la facilidad para el plagio o robo de contenidos, entre otras vulneraciones a los derechos de autor. Contrario a lo que piensa la gente, la producción creativa demanda de esfuerzo, disciplina y trabajo. A pesar de que muchos hagan “arte por el arte” eso no significa que un productor no tenga que llenar su nevera y conseguir sus materiales de trabajo. Por esto se reclaman los derechos de autor, para reconocer el trabajo y las ganancias de un productor. 

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Los autores y desarrolladores de contenidos reclaman que deben existir ciertas reglas que controlen la distribución desmedida de contenidos en las redes, pues al final del día son ellos los principales afectados por no recibir ningún tipo de retribución a cambio. Existe una gran encrucijada entre libertad de expresión y los derechos de autor. La aparición del internet y el impacto que está teniendo en la sociedad es, sin duda, otro momento histórico. Así como pasó con la imprenta, en el ecosistema online se generan nuevas situaciones que afectan directamente a los derechos de autor donde la línea entre productores y consumidores se difumina.

"los proveedores de servicios de intercambio de contenido en línea y los titulares de derechos cooperarán de buena fe para garantizar que las obras protegidas no autorizadas u otros temas no estén disponibles en sus servicios".

En este contexto la directiva también conocida como directiva de derechos de autor de la Unión Europea o expediente 2016/0280 (COD), es una propuesta con el objetivo declarado de armonizar aspectos del derecho de autor en el mercado único digital de la Unión Europea. Las propuestas de la directiva incluyen otorgar a los editores la posibilidad de solicitar el pago por el uso de breves fragmentos de texto que usen los sitios web con fines de lucro. Para evitar ser monetizados las páginas que basan su tráfico en la web por las publicaciones de sus usuarios se verán obligadas a  tomar medidas «efectivas y proporcionadas» para evitar publicaciones no autorizadas de contenido protegido por derechos de Las excepciones a esta regla será el uso  de “data mining” de textos y datos por parte de instituciones de investigación científica. 

De forma particular, los artículos 11 y 13 son los que causan más revuelo entre la comunidad creativa. El Artículo 13 establece que "los proveedores de servicios de intercambio de contenido en línea y los titulares de derechos cooperarán de buena fe para garantizar que las obras protegidas no autorizadas u otros temas no estén disponibles en sus servicios". La traducción de esto al colombiano es que la directiva sobre derechos de autor asigna más responsabilidad a sitios web como YouTube, Facebook y Twitter para garantizar que no se compartan contenidos de forma ilegal en sus plataformas. Hasta ahora, la responsabilidad ha estado principalmente en los titulares de los derechos de autor, generalmente las compañías que producen audio, video o contenido escrito, para hacer cumplir la protección, pero bajo la nueva ley esta responsabilidad se trasladará a las principales plataformas. 

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Con el fin de no ser demandadas y así evitar pagar por la infracción de sus usuarios, las compañías fortalecerán sus filtros de copy right haciendo imposible la difusión de información. Se llegaría a tal punto que los contenidos por sospecha de plagio serían removidos y se requeriría un proceso burocrático para poder volver a subir aquellos contenidos que no cometan ningún crimen. Esto afectaría principalmente a aquellos que viven de hacer análisis de otras producciones culturales y a productores que dependen de subir su contenido día a día. En este sentido, la razón por la que este artículo ha sido apodado como la prohibición de los memes es que nadie está seguro de si los memes, que a menudo se basan en imágenes con derechos de autor, incumplirían estas leyes. 

Por otro lado, el artículo 11 consiste en pagar a los editores por el uso de fragmentos de sus artículos y sus plataformas. Las publicaciones de prensa "pueden obtener una remuneración justa y proporcionada por el uso digital de sus publicaciones de prensa por parte de los proveedores de servicios de la sociedad de la información", establece la directiva. La directiva contiene una excepción para el "uso legítimo privado y no comercial de publicaciones de prensa por parte de usuarios individuales", por lo que no parece que las personas que compartan enlaces en plataformas sociales tengan que echar mano de sus bolsillos. No obstante, incluso esto está abierto a la interpretación ¿Alguien con un gran número de seguidores en las redes sociales, que publica anuncios para esa audiencia, es una entidad "privada y no comercial"?

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Esta directiva ha recibido apoyos y críticas desde distintos sectores sociales. Julia Reda, eurodiputada y miembro del Partido Pirata de Alemania se opone a ésta argumentando que "Nuestra libertad de expresión en línea es demasiado valiosa para desperdiciarla como munición en una batalla corporativa”. También se oponen, Google, Facebook, eBay, Amazon y Netflix. El 12 de junio, un numeroso grupo de grandes de Internet, entre ellos el fundador de Wikipedia, Jimmy Wales y Tim Berners-Lee mejor conocido como el inventir de “World Wide Web”, firmaron una carta en contra de la directiva. 

A favor de la directiva hay organismos de la industria que representan a los productores de contenido. Estos incluyen la Sociedad de Autores y la Alianza para la Propiedad Intelectual y los Proponentes con sede en el Reino Unido. En junio de 2018, 84 organizaciones europeas de música y medios de comunicación, incluidas Universal Music Group y Waner Music Group, declararon públicamente su apoyo a la directiva. En el Parlamento Europeo, el eurodiputado principal que presenta la directiva al Parlamento es Axel Voss miembro del Partido Popular Europeo. Algunos artistas como David Guetta, James Blunt y Paul McCartney apoyan este movimiento.

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