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Adriana Lucía: "la revolución que Colombia necesita es que le duela el hijo ajeno"

La cantante cordobesa tiene una voz poderosa que no teme a usar cuando su corazón se lo dicta. Entrevista.

Adriana Lucía tiene una carrera llena de canciones que homenajean los ritmos de Colombia, pero su voz también ha sido usada como plataforma para hablar de lo que le parece injusto y doloroso. De un tiempo para acá se ha convertido en una de las pocas figuras públicas que no teme decir o escribir lo que piensa con respecto a la situación política y social de Colombia.

Originaria de Cordoba, uno de los departamentos que más ha sufrido la corrupción en el país, Adriana se ha desligado del imaginario de que "los famosos no opinan de política" y ha ayudado a visibilizar las problemáticas en el país. El tomar esa vocería también la ha llevado a recibir críticas pesadas que se convirtieron en ataques y amaenazas.

Alguna de las canciones que publicó en 2021 también son el resultado de mostrar por medio del arte lo que vive como Colombiana. En el sencillo Para hablar de amor compuso sobre la importancia de la voz para defender la vida, un mensaje de esperanza y perdón que caló fuerte en los seguidores de su música.

Más adelante, en el punto más alto del llamado estallido social que inició con el Paro Nacional del Gobierno de Iván Duque, estrenó la canción No hay una vida que no nos duela donde canta sobre el dolor que deberían tener todos los colombianos cuando un compatriota fallece injustamente.

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Hablamos con Adriana Lucía sobre algunas reflexiones que le ha dejado el ser una voz activa en contra de las injusticias sociales.

¿Por qué fue importante para usted lanzar No hay una vida que no nos duela justo en uno de los momentos más violentos y triste de Colombia?
Nunca he podido cantar esta canción sin llorar. Siempre que la canto me duele y te contaré por qué. Esta canción nace de mi deseo de ser la mamá de todo el mundo. Este país es muy cruel con el hijo ajeno. Este es un país que pide misericordia para el hijo propio, pero la mano duro para el ajeno. Y muchos dicen "esa gente quién sabe qué andarían haciendo". Yo creo y estoy convencida de que la revolución que este país necesita es que le duela el hijo ajeno, que cuando maltratan a una mujer sintamos que tocan a todas las mujeres.

No puedo creer que un país que se declare creyente y el más religioso, y lo digo siendo una mujer de fe, no le alcance la fe y empatia para el prójimo: Adriana Lucia

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Y eso es lo que plasmó en la canción No hay una vida que no nos duela
Hay una parte de la canción que dice "no hay una vida que no nos duela, cada lamento lleva una pena y aunque la suerte las abandone no hay una madre que no las llore. Esto describe literalmente los cuerpos en los ríos. Quizá no todos vamos a ser papás, pero todos somos hijos. No puede ser que esto no nos duela, que los hijos de los otros sí los puedan tocar. Yo quedé en embarazo en plena protesta y no fue casualidad. Le escribí una canción a mis hijas y dice una frase: "hay un pueblo que llevo en el vientre" ese es para mí mi deseo de tener ese pueblo dentro mío.

Para algunos la sobreinformación en el marco de las protestas fue muy pesado y afectó la salud mental de muchos, ¿cómo fue para usted que estuvo activa en lives y en Twitter?
Fue peor de lo que se vio. Dia y noche estuvimos conectados con Santiago Alarcón y Julián Román y sentíamos una necesidad que no nos dejaba desconectarnos. Ahí pasó alguna de las cosas que más me afectaron y es que mataron a un muchacho en vivo, no podía creer lo que nos estaba pasando. Creo que los medios de comunicación hegemónicos de siempre informaban solo una parte y estos lives nos permitieron ver la otra cara de la moneda. Nos llegaba mucha información, la mostrabamos y mucha gente decía que nosotros no mostrabamos todo y nos frustrabamos. Me preguntaba "¿será que esto si sirve'" y por otro lado estaba la presión de los que nos decían que nos iban a cancelar de todo.

Creo que la gente vio es que eramos transparentes con nuestros sentimientos. Paramos los lives que se llamaban "El Programa sin nombre" porque quedé en embarazo y luego retomamos y nos dimos cuenta que vivimos la protesta acompañados.

¿Qué es el llanto para Adriana Lucía?
Es mi refugio porque yo me libero cuando lloro, Soy de lágrima fácil. Lloro cuando estoy muy feliz, lloro cuando estoy muy triste y lloro cuando no sé qué hacer. Para mí el llanto ha sido la posibilidad de descargarme tanto para las cosas buenas, como para las cosas no tan buenas.

¿Colombia la hace llorar mucho?
Hijuepucha este país le saca a uno lágrimas. Lo peor de Colombia es su gente y lo mejor de Colombia es su gente. Este país se sostiene siendo un país tan violento, siendo un país tan injusto, siendo un país que no conoce sus tragedias, siendo un país de gente tan mala y tan malvada, un país de gente tan buena y tan amorosa. Qué barbaridad este país para hacernos llorar.

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Fue un momento muy intenso, hubo muchos comentarios fuertes en redes sociales, ¿cómo la recibe ahora la gente en la calle?
Para nadie es un secreto que tuve amenazas de vida y que en este país hay que pararle bolas a todo. Me encerré. Hubo un momento en que yo pensé que me iban a agredir en la calle, o sea, el miedo. Yo no volví a salir, yo me encerré, para mí la pandemia fue perfecta para encerrarme, para no volver a salir y no volví a salir. Yo sentía que me iban a agredir en la calle y como me escriben cosas tan horribles en las redes, que además me gustan las redes porque soy muy activa en Twitter, por ejemplo, que es una red social tan dura. entonces, allá no lo bajan a uno de nada. Como que uno se mete en esa burbuja y uno piensa que es así y eso es mentira, eso no es verdad; hay una parte de verdad, pero es un eco de la verdad. Después me di cuenta que cuando me encontraba a la gente en la calle era al contrario. Me daban muchos abrazos y muchos besos, como que para mí fue como ¿En serio no me quieres pegar?.

¿Qué reflexión le dejó todo esa temporada de su vida?
Ha sido un proceso que lo estoy viviendo todavía y, aunque aún hay mucho temor, no me arrepiento. Me dejó de hablar mucha gente, me dejó de seguir mucha gente. Amigos de mis entrañas me dejaron. Pasé de ser, para mucha gente, la de mostrar a la de ocultar, pero llegaron nuevas personas a mi vida. Muy poquitas se quedaron, me tocó hacer borrón y cuenta nueva y empezar de nuevo con mi familia. Estamos felices con los que se quedaron porque sé que va a ser por siempre.

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