Un estado de histeria colectiva llama al inicio de una guerra a muerte en contra del abuso del planeta.
Álvaro Corzo V. - @corzo360
Cerca de siete mil mensajes de texto rompieron el silencio a las 6am en St. Mary Parish, Luisiana, anunciando sobre un derrame químico y alertando a todos los habitantes del pueblo a buscar refugio ante la inminente contaminación del aire. “Busquen protección, no salgan a la calle y visiten columbiachemical.com”
Minutos más tarde cientos de cuentas de Twitter ya documentaban el desastre. “Una fuerte explosión sacudió la planta química en el centro del pueblo” se leía por todo el time line. El Hashtag #ColumbianChemicals rápidamente creció en efervescencia mientras que otros usuarios publicaban fotos de la planta ardiendo en llamas, seguido de video de una cámara de seguridad mostrando la magnitud del desastre. Pasaron solo 10 minutos para que se posteara una foto del portal de CNN calificando el derrame como una catástrofe ambiental.
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Sin embargo, ni una gota de petróleo o químico alguno se habían derramado. La campaña de desinformación que detuvo a este pueblo petrolero por más de diez horas fue mas que una broma pesada. Fue una acción coordinada milimétricamente por un ejercito de Trolls , o insurgentes del internet quienes orquestaron cientos de cuentas de Twitter, Facebook e Instagram para darle veracidad a este golpe en contra de esta compañía.
Crearon portales clonados de CNN, sites paralelos de canales de televisión locales, periódicos del área así como una pagina de Wikipedia con un link a un video de YouTube sobre el desastre. Esto les permitió desatar un efecto bola de nieve que llegó en un par de horas hasta Washington, convirtiendo este asalto virtual en una muestra más del poder de la anarquía digital cuando de poner el dedo en la llaga se trata.
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Acciones como esta se han repetido en el último año atacando desde empresas pesqueras, madereras, bovinas, mineras y por supuesto petroleras. Una nueva ola de terrorismo virtual en contra de los usurpadores del medio ambiente y los recursos plantarios parece ser el centro de esta nueva campaña de activismo 3.0 que parece tomar más fuerza.
Dentro y fuera de la red, esta anarquía sigue haciendo de las suyas mientras muchos ambientalistas confirma nuestro arribo a un planeta cada vez mas inhabitable. En Inglaterra cientos de estudiantes de la universidad de Londres luego de movilizar gran parte del campus mediante una campaña virtual se tomaron las instalaciones de la junta directiva para protestar en contra de las inversiones de más de 32 millones de dólares que tiene el claustro en la industria de hidrocarburos.
Decenas de estudiantes, todos en ropa interior y untados con petróleo comenzaron a besarse y a tocarse en un especie de orgia que llamaba al fin de la incestuosa y pornográfica relación económica entre la universidad y Shell, la poderosa petrolera que está a poco de iniciar explotación de hidrocarburos en el ártico. Orgias similares se han reportado en otras partes de Europa.
El año pasado una campaña de GreenPeace en la que se mostraba al Polo Norte, construido con fichas de LEGO siendo asfixiado por el petróleo que Shell quiere sacar del ártico fue clave para denunciar los vínculos económicos entre petrolera y el magnate de los juguetes. No tardó mucho para que otro escuadrón anónimo de trolls distribuyera el impactante video a miles de personas que habían comprado LEGO en el último año en los Estados Unidos. Un deja vú más a la usanza del The Yes Men o en su defecto del ala menos radical del Earth Liberation Front quienes profesan que en la carrera por la supervivencia planetaria todo está permitido.
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Mas allá de los moralismo por acciones de resistencia y de las falsas convicciones sobre el futuro de nuestro planeta, el mundo digital y su músculo, el cual respira fuerte y vigoroso desde el Dark Web da cuenta de que la lucha en contra de la devastaciones planetaria será cada vez más invasiva. DIY.