El 3 de julio de 2022, como todos los años, se celebró la Marcha del Orgullo en Colombia. Miles de personas se movilizaron en distintas ciudades del país y, desde Shock, acompañamos la Contra-marcha en Bogotá. Este espacio surgió en el 2021 como una forma de resistencia al pink washing y a la mercantilización de lxs cuerpxs que ocurre dentro del Pride tradicional.
¿Qué es el pink washing?
El término pink washing surgió porque la fundación Breast Cancer Action se dio cuenta de que varias empresas, en los años 90, comenzaron a utilizar el color rosa (color de la lucha contra el cáncer de mama) para aumentar sus ventas cada mes de mayo.
No obstante, actualmente, es utilizado también para nombrar y criticar lo que muchas empresas, nacionales e internacionales, hacen cada vez que empieza junio: lanzar nuevos productos con los cuales se abanderan de los colores arcoíris y empaquetan las lucha del Orgullo; vaciando de significado el discurso que hay en ellas.
Pero el problema no son sólo las multinacionales que se benefician de un discurso ajeno. La despolitización de las marchas del Orgullo al rededor del mundo van en sentido contrario con la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+. La discriminación y los diferentes tipos de violencia a las que aún nos vemos enfrentadxs hacen necesario que la lucha siga siendo lucha y no carnaval.
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Una parte de la comunidad ha encontrado insuficientes los espacios que el Pride abre, pues muchos de ellos olvidan la diversidad de cuerpas que existen y las diferentes formas de violencia que las atraviesan. Y es precisamente esto a lo que hay que echarle el ojo. La comunidad es grande y es diversa y repetimos esto como un mantra automático cuando hablamos de ella, pero ¿realmente entendemos lo que significa?
Según los datos de Colombia Diversa, 208 personas fueron asesinadas por discriminación sexual y más de 35 mujeres trans fueron asesinadas en el 2021. Sólo en lo que va este año, según el registro hecho por la Red Comunitaria Trans, han sido asesinadas más de 11 mujeres trans. Las violencias sistemáticas que viven lxs cuerpos trans femeninos y trans masculinos que no entran dentro de un "canon estético" cobran vidas todos los días en el país.
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"Eso les pasa por locas. Ojalá las quemen a todas". Fue lo que escuchamos en la tarde del domingo mientras nos encontrábamos de frente con la marcha del Pride.
Estas violencias no vienen únicamente de afuera de la comunidad. Dentro de ella se reproducen estereotipos de cómo debería ser una persona homosexual, trans, queer, bisexual, etc. cerrándole un espacio, que debería ser seguro, a muchas identidades que no encajan en un ideal hegemónico de cómo ser.
Debemos recordar, siempre, que la marcha del Orgullo fue originalmente un tropel que buscó hacer respetar los derechos de la comunidad y que debe seguir siendo un encuentro para la reivindicación de los derechos de todas, todos y todes. Y ese, justamente, es uno de los principales objetivos de la Contra-marcha.
Hablamos con algunxs de ellxs sobre las consecuencias del pink washing, el sistema, la liberación y posibles formas de reconciliar a la comunidad. Vean acá la Contra-marcha desde adentro.
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