Este documental dirigido por el colombiano Felipe Restrepo busca descifrar los procesos creativos del artista argentino desde las tempranas épocas de Soda Stereo hasta su etapa solista. Tiene un punto de partida y es el libro del periodista Gustavo Bové: Cerati, Conversaciones íntimas de Editorial Planeta.
Por: José ‘Pepe’ Plata
Tan solo buscar Gustavo Cerati en Google nos arroja 4'820.000 resultados. En Instagram hay más de 40 cuentas que rescatan sus fotos, portadas de discos, fragmentos de entrevistas o presentaciones. En YouTube hay artistas que graban versiones de sus canciones o analistas de su obra. Hay videos en los que se graban las reacciones de personas a su música en Australia, Corea, Inglaterra y otros países. Existen además cuentas de Twitter que se dedican a compartir frases o extractos de sus canciones. Toda una vida independiente de sus canales oficiales.
¿Qué es lo que hizo Gustavo Adrián Cerati Clark para seguir tan presente en la cotidianidad de las personas? La respuesta es simple: desarrollar un proceso creativo que le permitió vivir la música, vivir de la música, vivir por la música, vivir con la música y vivir hasta la música.
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Y es justamente esto la base que toma el director Felipe Restrepo para mostrarnos a Cerati a través de las personas que trabajaron con él. Desde su ingeniero de sonido de toda la vida (Adrián Taverna), pasando por músicos que lo acompañaron en diferentes épocas y proyectos como: Fabián Von Quintiero, Andrea Álvarez, Richard Coleman, Rudie Martínez, Leo García o Flavio Etcheto. Con ellos exploró rock, electrónica y hasta versiones sinfónicas de sus canciones. Ni Charly Alberti ni Zeta Bosio están en esta producción, permitiéndonos así tener una mirada distinta a la que conocemos habitualmente. Tampoco están su madre, exesposas ni sus hijos Benito y Lisa.
Gustavo es reconocido aquí como un perfeccionista. Alguien que cuidó su obra tanto en el estudio como en vivo. Pero cuidar la música es cuidar también su presentación en video y allí estuvo el director Eduardo Capilla para asistirlo. El legendario teclista y productor Tweety González, coequipero de Soda, reconoce en el documental cómo los shows de su última gira habían alcanzado ya los niveles de producción y calidad de artistas europeos o norteamericanos de las grandes ligas. Esto fue algo que se pudo lograr a través de extensas horas de ensayo que Cerati tuvo con sus músicos a través del tiempo.
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Un hombre alado duró dos años en su grabación; tiempo suficiente para seguir acumulando aprecio por una obra que ya hace parte de al menos tres generaciones de latinoamericanos. Y aun así, es un pedacito de todo lo que Gustavo Cerati hizo a lo largo de su vida. Porque lo que hizo con Soda no solo fue una muestra de una capacidad de sorprender, adelantarse y compartir una música que sobrepasó el tiempo.
Este esfuerzo audiovisual nos muestra a cada uno de los entrevistados en lugares como sus casas o en un estudio acondicionado. Todo, además, combinado con imágenes de archivo, tomas aéreas de la ciudad de la furia (Buenos Aires) y una serie de insertos animados que ilustran la obra del músico.
Pronto se cumplirán seis años de su partida física. Pero lo que quedó en música y recuerdos se multiplica. Y es así como esta obra entra ya a ese acervo.
Lanzada a comienzos del año, tendrá además un estreno especial en el país a través del festival IndieBo y su proyección habilitada a partir del 24 de julio. Y además una cita especial junto a su director en un Q & A ese mismo día.
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