“¿Por qué arruinan mi infancia de esta manera?” .
Ya estamos más que acostumbrados a este grito de dolor, normalmente emitido por una persona que vivió su infancia y comienzos de su adolescencia durante los años 80 o 90 en respuesta al anuncio de una nueva versión de algo que disfrutó durante esa época, ya sea una caricatura, una película o una serie de televisión.
Por Julián Ramírez // @Sir_Laguna
En las últimas semanas hemos escuchado y leído muchas veces esa frase, sobre todo en respuesta a las nuevas versiones de Thundercats y She-Ra, las cuales, por si no las han visto, lucen así:
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Creo que es bastante claro lo diferentes que son a las series originales que llenaron las mañanas de los sábados de los que ahora somos treintañeros. Y estas diferencias parecen ser lo suficientemente graves como para “ arruinar la infancia ” de aquellos que recuerdan como eran antes.¿Pero en verdad es un pecado tan grave? ¿Deberían las productoras dejar de sacar nuevas versiones de franquicias clásicas? O si lo hacen, ¿deben ser absolutamente fieles en todo aspecto a las originales?
La respuesta a todo esto es NO , y las personas que de verdad se encuentran enojadas porque Thundercats, She-Ra y todas las demás renovaciones no lucen como ellos recuerdan están cayendo en algunas de las peores actitudes de la cultura nerd moderna.
Analicemos la situación por partes.
1. Su infancia está a salvo
La actitud de muchas de estas personas hace pensar que las nuevas versiones de sus amadas series van a causar la desaparición de anteriores de la faz de la tierra, o que fueran a reemplazarlas por completo. Pero no solo sabemos que esto no solo no es cierto, sino que incluso pueden ayudar a darles una nueva vida. No es raro que tras la llegada de una nueva serie animada, veamos en los estantes de las tiendas nuevas ediciones de las caricaturas viejas en DVD y Blu-Ray o lleguen a los servicios de streaming para ayudar a promocionarla. En algunos casos incluso se llegan a ver continuaciones de ellas en forma de cómics o novelas.
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Como ejemplo tenemos a Transformers. La llegada de las películas en 2007 enojó a muchos fanáticos que vieron que éstas no reflejaban bien la serie de 1984 que ellos amaban, pero a pesar de ello, estos filmes revivieron el interés en la franquicia y con ello llegaron nuevas series animadas, juguetes y cómics que sí han sido del agrado de la comunidad de fans.
Algo que también hacen mucho es rendir homenaje a sus predecesores de diversas maneras: haciendo nuevas versiones de episodios clásicos, con invitados especiales o con guiños y referencias, dejando claro a su público que no pretenden reemplazar lo que vino antes de ellos.
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2. Usted ya no es el público objetivo
Esto es algo que no les cabe a muchos nerds en la cabeza y es que ya no somos el principal público de las caricaturas. Son los niños y niñas menores de 16 años y es en ellos en quienes se piensa a la hora de diseñar los personajes. Los nuevos Thundercats lucen así porque el estilo visual de otras series como Steven Universe, Adventure Time y Gumball es muy popular. She-Ra luce así porque quieren que las niñas se sientan identificadas y se disfracen de ella. No importa si ustedes piensan que ella debe lucir “sexy” o que los felinos cósmicos tengan que protagonizar historias serias en lugar de tener aventuras cómicas. Lo que importa es lo que le gusta a los niños de ahora.
Para los que hemos sido fanáticos de algo toda nuestra vida es difícil aceptar que, de repente, algo relacionado con eso que nos obsesiona no sea lo que esperamos. Solemos culpar a los creadores de “no entender el material original”, de ser “políticamente correctos” o traicionar a sus seguidores. Puede que de verdad creamos que somos nosotros, los viejos fans que probablemente tengamos más de 30 años, quienes mantenemos viva esa marca. Pero esto se debe a que estamos desconectados de la realidad, de algo que los estudios de cine y televisión conocen porque hacen investigaciones de mercado: Son los niños y niñas quienes más ven sus obras, a quienes les compran los juguetes y ropa con imágenes de los personajes.
En algunos casos hay suficientes productos para todas las edades. DC por ejemplo tiene líneas específicamente creadas para niñas (DC Super Hero Girls), otras para jóvenes (las series del canal CW) y otras que por su violencia y tono están enfocadas a los fans adultos (la mayoría de sus películas, cómics y videojuegos), pero otras prefieren enfocarse en su principal público y, les repito, estos son los niños, aunque esto no significa que los mayorcitos no podamos disfrutar de ellas.
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3. Las series viejas no eran tan buenas
Seamos honestos con nosotros mismos. Si en este momento decidimos ver un episodio de las series de originales de He-Man, She-Ra, Jem, Tortugas Ninja, Mi Pequeño Pony o G.I. Joe nos vamos a llevar una decepción enorme. Nuestra nostalgia nos engañó. Son series repetitivas, con mucha animación reciclada, historias mediocres y personajes bastante torpes. Incluso aquellas serie que contaban con mayor calidad, como Thundercats o Transformers, no están a la altura de la forma en que las recordamos. Duele pensar en ello, pero así es. De hecho, estas fueron creadas como comerciales para la venta de las figuras de acción.
Podemos tenerles todo el cariño que quieran y podemos conservar con el mayor cuidado las figuras de acción y afiches de sus personajes. Eso está bien, fueron parte importante de nuestra infancia y está bien quererlas. Pero no pretendamos que eran obras de arte inmaculadas que no se pueden tocar. Si existen nuevas obras sobre ellas es porque tienen un reconocimiento de marca, no porque fueran una maravilla.
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4. Le tiene miedo al cambio
Algo que ocurre cuando somos tan fanáticos de algo es que lo volvemos parte de nuestra identidad, y al hacer esto sentimos cierta “apropiación” hacia estas obras. Por eso cuando vemos que en una de ellas ocurre algo que no es de nuestro agrado nos enojamos y sentimos que nosotros podíamos hacerlo mejor.
Es lo que ocurrió con algunos fans de Star Wars cuando vieron Los Últimos Jedi . No podían concebir que el mitificado Luke Skywalker no fuera un héroe salvador sino un hombre que ha cometido errores y no supo lidiar con ellos y que los planes arriesgados contra las órdenes de los superiores no salvaran el día. Este es posiblemente el mejor camino que pudo haber tomado esta saga, pero algunos consideran cualquier desvío de la norma como una amenaza contra su obra favorita y por ende contra ellos mismos.
Pero el cambio puede ser algo muy bueno en los trabajos de ficción. Ayuda a que las historias y elementos visuales no se estanquen haciendo lo mismo una y otra vez. Permite explorar diversas perspectivas sobre ciertos personajes e historias y puede atraer nuevos públicos que a su vez harán que haya más material, juguetes e información sobre esas obras que nos gustan.
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5. La cultura va para otro lado
La estética de hombres fisiculturistas hiper-masculinos y de mujeres con cuerpos de reloj de arena, busto prominente y atuendos reveladores tan característica de las caricaturas, cómics y películas del siglo pasado ha ido quedando atrás poco a poco en favor de representaciones mucho más diversas en tipos de cuerpo.
Quienes vimos She-Ra en los 80’s sabemos que la apariencia de la protagonista caía dentro de la primera descripción y tal vez impacte un poco verla ahora con una apariencia mucho más aniñada, de brazos musculosos, sin maquillaje y facciones menos delicadas, pero como se dijo anteriormente, el objetivo de esto es que las niñas se puedan identificar más con ella, les dice que no solo las mujeres con cuerpos de modelo de ropa interior pueden ser poderosas.
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Es preocupante que la mayoría de críticas negativas que se ven hacia el nuevo diseño de este personaje en redes sociales son de hombres adultos a quienes no les gusta que She-ra no les resulte sexualmente atractiva, ya que esto significa que les molesta, como dice Ashley Flanagan en twitter , que existan modelos para las niñas que no ejemplifican ese estilo de feminidad que se enfoca en lucir convencionalmente atractivas a los hombres.
Y es que no hay nada malo en el cuerpo que tenía antes este personaje, pero esta no puede ser la única figura que los medios muestren como positiva.
6. Las revisiones malas no son recordadas
Los creadores de Thundercats Roar son veteranos de Cartoon Network y Disney, mientras que la responsable de She-Ra es la escritora de los excelentes cómics Lumberjanes y Nimona (por los que además ha ganado un premio Eisner), así que es bastante posible que sean caricaturas muy divertidas y de alta calidad... Pero en caso de que no lo sean tampoco hay problema, pues no van a ser recordadas.
¿Alguien recuerda el remake de Robocop?, ¿alguien comenta aún la nueva serie de MacGyver? ¿O la más reciente serie de Las Chicas Superpoderosas? Cuando una nueva versión de una franquicia reconocida no es buena o no logra atraer audiencia desaparece rápidamente de la memoria de la cultura popular. Desde la década pasada hemos sido invadidos por centenares de remakes, reinicios y regresos de los personajes más representativos de los finales del siglo veinte, pero solamente aquellas versiones que se las han arreglado para capturar de nuevo el amor del público siguen vigentes. Incluso la misma Thundercats tuvo otra versión en 2011 , pero los niveles de audiencia fueron tan bajos que no sobrevivió más de una temporada al aire.
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La serie de animación CGI que Nickelodeon hizo de las Tortugas Ninja en 2012, Star Wars, los nuevos videojuegos de Tomb Raider, las recientes series de cómics de Transformers y la nueva generación de Mi Pequeño Pony son algunas de las obras que han logrado de nuevo el éxito entre viejos y nuevos fanáticos, en algunos casos incluso opacando las viejas versiones si estas no gozaban de su misma calidad.
Así que no se preocupe, su infancia está a salvo. Y es que honestamente, si siente que su infancia está amenazada por un dibujo que no se parece a uno que vio cuando era niño, el problema no es el dibujo; el problema es usted.
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