The Dark Knight acaba de cumplir diez años. Tanto ruido no es casualidad, para nadie es secreto el impacto que este filme tuvo en la audiencia. La dirección de Christopher Nolan, la ambición narrativa, actuaciones sólidas, el esplendor visual y su intensidad hacen que sea la mejor película de superhéroes de cómics que se haya hecho, título que seguramente defenderá por un buen rato.
Por Edgar Medrano
La piedra angular del legado de The Dark Knight e s el Guasón, con una interpretación épica de Heath Ledger que seguimos recordando. Este fenómeno nos obliga a sentarnos y aprender una o dos cosas sobre cómo crear villanos con longevidad y significado, que se queden con el espectador mucho después de que los créditos finales hayan rodado.
Un villano de este calibre encaminó a The Dark Knight por un camino muy diferente al de Iron Man, estrenada ese mismo año, caracterizada por un estilo más colorido y divertido. Pero The Dark Knight fue una de las responsables de que las películas de superhéroes superaran los fracasos de los 90 y empezaran a consolidarse como lo son hoy.
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The Dark Knight, más allá de ser una película de superhéroes, deja la impresión de ser una película policíaca con cualidades atmosféricas marcadas. Además, Batman deja de ser el defensor y salvador de una ciudad que vive en peligro, a ser junto al Guasón un par de marginados discordantes con el mundo de policías y ladrones que les rodea. Así se desmarca de la trasnochada polarización de héroes y villanos que se usa con regularidad en los títulos de este género. Batman reconoce que no es el héroe que Gótica necesita, por lo tanto busca que el fiscal general Harvey Dent se convierta en esta figura, esfuerzo que implosiona cuando el Guasón ataca y transtorna a Dent, convirtiéndolo en el villano Dos Caras.
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La mayoría de los antagonistas de cómics tienen motivos específicos de dominación mundial o venganza personal. Pero el Guasón es más como un agente del caos, alguien que solo está interesado en alterar el orden natural de las cosas, que está fascinado con Batman porque representa el extremo opuesto. Es una visión del mal como algo troll, amoral y anárquico. Como bien explica Alfred: "Algunos hombres sólo quieren ver el mundo arder".
Diez años después de The Dark Knight tenemos una experiencia bastante amplia sobre películas de superhéroes, cómo funcionan y cómo se construyen las narrativas en torno de los personajes. Incluso con toda esa cantidad de películas del género que se estrenan anualmente, existe la sensación de que los productos que estamos viendo son limitados, que sólo estamos viendo películas que tienen la garantía de que funcionarán y serán rentables. The Dark Knight es un testamento, una invitación a cambiar, romper reglas, modificar el canon e introducir un poco de anarquía.
Para muchos directores y actores, participar en una película de cómics es un objetivo importante. Así como Nolan hizo la trilogía de Dark Knight luego de rodar su éxito independiente Memento , los nuevos cineastas buscan proyectos de superhéroes para demostrar que pueden tener éxito en taquillas. The Dark Knight fue un trampolín hacia algo más grande para Nolan. Ahora, y gracias a su trabajo el género de superhéroes, ha llegado a la cúspide de Hollywood.
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