Detrás de las historias de seres alienígenas que tragan humanos, naves que pueden atravesar el Sistema Solar en un mes o colonias humanas en Marte, ya no hay delirios fantasiosos de sus guionistas, sino investigaciones apoyadas en los últimos desarrollos científicos. Hablamos con el científico que asesoró el último numerito de las películas espaciales, Life: vida inteligente.
Por Juan Pablo Castiblanco Ricaurte
El cine de ciencia ficción espacial se ha ganado su lugar en la última década como uno de los géneros más atractivos en el universo del entretenimiento masivo. Títulos como Gravedad (2013) , Interestelar (2014) , The Martian (2015), Moon (2009), Prometheus (2012), Elysium (2013), Passengers (2016), Arrival (2016), las entregas de clásicas sagas como Star Wars o Star Trek y hasta el futuro remake de Blade Runner , demuestran que los viajes interplanetarios están de moda porque están utilizando la ciencia como pretexto para hablar de la condición humana y porque gracias a los grandes desarrollos de los efectos especiales estamos viendo historias cada vez más complejas, utópicas y distantes.
También hay que darle crédito a la rigurosidad con la que estas películas se han tomado los hechos científicos evitando que cuando uno vea esté en la sala de cine termine diciendo “naaaaahhh, eso no pasa, no me la creo”. Por más aliens, viajes en el tiempo, cruceros espaciales o astronautas moviéndose en el vacío como si estuvieran en la casa, algo de verdad hay escondida. Cuando se estrenó la preciosa Interestelar de Christopher Nolan se reveló el proceso que se había hecho junto al físico Kip Thorne para que el guion estuviera ajustado a las teorías de relatividad del tiempo.
Para la producción de The Martian , protagonizada por Matt Damon, Fox buscó a uno de los responsables en la vida real de que el sueño de vivir en Marte sea cada vez más posible. El austriaco Rudolf Schmidt, director del proyecto Mars Express de la Agencia Espacial Europea, fue el encargado de asesorar al cineasta Ridley Scott y su equipo para que la historia de un astronauta abandonado en Marte fuera verosímil y partiera de investigaciones actuales. Schmidt volvió a ser contactado por Sony Pictures para que participara en la película espacial que acaban de estrenar, Life: vida inteligente –dirigida por Daniel Espinosa y protagonizada por Jake Gyllenhaal– que gira alrededor de un grupo de astronautas que descubren la razón por la que la vida en Marte se extinguió. A medio camino entre la cacería sangrienta de Alien y la exploración científica de The Martian , Life: vida inteligente cuenta con un detallado proceso que nos revela qué tan cerca estamos de ir cotizando casa, carro y beca en el Planeta Rojo.
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Hablamos con Rudolf Schmidt sobre la ciencia que hubo detrás de la ficción en este nuevo ataque estelar.
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¿Exactamente cómo fue su rol de asesor en Life ? ¿En qué momento entró a trabajar en el proyecto?
Fui asesor para el director y para el elenco sobre todo tipo de actividades en el espacio, cómo se movían las personas en una estación, porque nunca antes habían conocido estas actividades. También ayudé al equipo de arte y de efectos especiales para explicarles cómo se veían las cosas en una estación espacial y cómo es el movimiento interno de los tripulantes en un viaje de larga duración. Estuve involucrado desde etapas muy tempranas en discusiones sobre puntos de la trama o sobre los modelos de las estaciones espaciales. También estuve en la preproducción del rodaje y fui un par de veces al set en Londres aconsejando al director y al elenco.
¿Cómo es que un hombre de ciencia se mete con un proyecto de ficción? ¿Es difícil reconciliarse con las libertades y omisiones que se toma una película frente a la ciencia?
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Siempre hay imprecisiones porque una película necesita contar una gran historia en 90 minutos y por eso no alcanza a ser tan realista como la vida. Por ejemplo, enviar un mensaje a Marte tarda cerca de 30 minutos mientras llega a su destinatario. Si alguien en la Tierra le envía una pregunta a un astronauta en Marte y éste le contesta, tarda una hora todo el proceso. No podría imaginar en cine cómo podría ser un diálogo de este estilo con la gente esperando una hora para que una conversación continúe. No puedes evadir las imprecisiones, por eso no fue problema cuando el director quería hacer algo diferente a lo estrictamente científico. Las dos películas en las que he trabajado, Life y The Martian , no están tan alejadas de la realidad. Tal vez están 10 años adelantadas pero no estamos lejos de esas actividades. Por eso las podemos llamar ciencia ficción.
Mientras The Martian tenía que ver con un escenario hipotético sobre lo que le podría pasar a un astronauta si estuviera abandonado en Marte, Life traspasa el marco realista en el que una criatura ataca a un grupo de humanos.
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No soy biólogo así que no puedo determinar qué tan irreales son los hechos que se describen en Life , pero está demostrado que puedes encontrar formas de vida en lugares tan inesperados como 2000 metros debajo de la capa de hielo del Polo Sur. Hay bacterias que pueden sobrevivir sin oxígeno o sin presión atmosférica. Lo que llamamos “irreal” puede cambiar si hay un conocimiento más amplio.
Life también contó con la asesoría de dos científicos de la NASA. ¿Hay alguna diferencia de enfoque en la exploración espacial entre europeos y estadounidenses?
No. La física es la misma en ambos lados del océano. Por supuesto la personalidad de los estadounidenses puede ser diferente pero el marco científico es el mismo. En mi entorno profesional he tenido mucho contacto con científicos de la NASA y nunca ha habido problemas de entendimiento.
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En esta última década hemos visto muchas nuevas películas sobre el espacio. ¿Por qué cree que esto ha sucedido? ¿Qué nos están contando y qué están demostrándonos?
Es un tema interesante. Viajar de la Tierra al espacio ya es posible y Marte, que es el destino más cercano, no está tan lejos. Pero en el cine puedes soñar sobre ir más y más lejos como en películas como Gravity o Interstellar . Tal vez en cien años esto sea posible, tal vez haya otras cosas que nunca sucedan, pero es lindo soñar durante dos horas. La ciencia ficción puede responder una de las tantas preguntas que tiene la humanidad: ¿estamos solos en el universo? No soy tan fanático de la ciencia ficción que muestra cosas que solo podrán ser reales en unos cien años, sino de las que muestran cosas que podremos hacer en los próximos 15 o 20 años porque tienen una parte realista y otra de sueño.
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¿Cuál es el gran éxito de Life en términos científicos? ¿En qué le “pegó al perro”?
Lo principal es evidenciar que en unos pocos años la gente podrá viajar a Marte en cortos plazos. Tenemos que estar preparados para ese gran reto, para la posibilidad de encontrar vida allá, para hacer establecimientos y colonia allá. Son preguntas que tarde o temprano tenemos que hacernos.