El Momo Challenge no es precisamente la última tendencia de Internet. Apareció por lo menos a mediados de 2018 y resucitó en febrero de 2019 por culpa de un padre escandalizado y el miedo morboso que siempre vive en nosotros pero que se viraliza en internet. Medios de todo el mundo lo habían documentado el año pasado; con su resurrección, lo volvieron a hacer. Y tuvo un alcance desbordado, sobre todo, por los algoritmos de Facebook que privilegian las historias más comentadas.
Por si aún no le ha tocado escuchar de la “ola de terror” que generó, el juego está inspirado en la imagen de un personaje como de película de terror para niños, pálido y de ojos saltones. Era una escultura de la que se sabe fue hecha en 2016. Ahora tiene videos en YouTube y circulan también por WhatsApp.
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En YouTube hay videos de Peppa Pig en los que se remplaza repentinamente con el personaje de Momo diciendo cosas como "Corta tu pierna y nunca me verás" o "Momo te matará". Básicamente, cualquier intento por parecer un capítulo de Black Mirror, o por hacerle campaña de expectativa a una película de terror.
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En el historial hay un papá escandalizado que hablo a un periódico sobre “el peligro” de uno de los videos que compartió su hijo con sus amigos y una muerte que al parecer no tuvo nada que ver con Momo. Sin embargo, por ser un miedo tan común, el cubrimiento ha sido desmedido. Si uno lee una nota de prensa al respecto, se puede encontrar con titulares escandalosos y charlas con padres preocupado porque sus hijos se lastimen o incluso se suiciden. Naturalmente, es válida la preocupación, pero lo curioso es que la popularidad de Momo se debe más a esos titulares que al efecto real del reto.
Ahora, jóvenes, niños, youtubers y padres desesperados comparten y averiguan sobre el reto con la esperanza mórbida de que haya algún personaje con trastornos de protagonista de thriller psicológico detrás de todo esto. Todos con ganas de encontrar un enemigo, de decir cuán peligroso es Internet. Pero no parece que sirva de mucho. Así el misterio resulte tan atrayente, lo de Momo no está tan alejado de las mentiras y los videos truculentos que circulan por WhatsApp todos los días en grupos de amigos. Imágenes de muertes sangrientas, pornografía amateur y grabaciones ilegales. En Colombia, por ejemplo, después del último ataque de la guerrilla del ELN a una escuela de Policías, mucha gente tuvo que salir a pedir que por favor dejaran de compartir las imágenes de los cuerpos cercenados. Las preguntas que deberíamos hacernos sobre Momo no tienen tanto que ver con el reto, sino en saber ¿para qué y por qué comparto lo que comparto en Internet?
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