La idea de que los humanos somos violentos por naturaleza no es nueva. Incluso hoy hay muchas personas que creen que tenemos que buscar una salida controlada para toda la agresión que acumulamos y que no podemos “dejar salir” en la sociedad civilizada.
Por Julián Ramírez // @Sir_Laguna
Las películas de 12 horas para sobrevivir llevan esta filosofía al extremo. Una teocracia de ultraderecha llamada “Los nuevos padres fundadores” ha llegado al poder en Estados Unidos e implementado “La Purga”: una noche al año durante la que todo el crimen se vuelve legal; los ciudadanos pueden matar, violar y robar sin sufrir consecuencias por ello y al día siguiente volver a la sociedad como si nada hubiera ocurrido, supuestamente “sintiéndose mejor” por haber purgado “la corrupción de sus almas”.
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Ahora vamos a hablar de la política gringa.
El 30 de enero de 2018, Universal Pictures reveló el afiche de La primera Purga (12 Horas para sobrevivir: El Inicio). Esta imagen, la cual es una obvia referencia a la infame gorra usada por Donald Trump y sus seguidores con el lema “Make America Great Again” (Vuelve a América grandiosa de nuevo), vincula directamente a la purga con el gobierno Trump, lo cual sorprendió a muchos que no entendían por qué una serie de películas de terror de bajo presupuesto de repente estaban interesadas en hacer un comentario político. Su fecha de estreno, el día de la independencia de Estados Unidos, dejaba claras esas intenciones.
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Pero las películas de 12 horas para sobrevivir están haciendo comentario político desde su primera entrega en 2013. Solo que en medio de la sangre y los gritos esto pudo pasar inadvertido.
La primera película de esta saga es, básicamente, una historia de invasión al hogar. En ella podemos ver como esta peligrosa noche en realidad no lo es tanto para las personas adineradas. Ellas son capaces de adquirir costosos sistemas de seguridad que van a mantener sus hogares y familias a salvo de los criminales. ¿Pero qué hay de los demás? Una frase durante los créditos sugiere que en realidad la purga no es más que una excusa para justificar la eliminación de “sectores indeseables de la sociedad”.
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En esta trama tenemos a un grupo de “chicos ricos” que están cazando a un hombre sin hogar (que no por casualidad es de raza negra y veterano del ejército), y cuando este se refugia en casa de la familia protagonista, los asesinos toman como un insulto que alguien “les quite su derecho a matar”.
La estética de estos personajes: blancos, bien vestidos, con una actitud de falsa cortesía y un muy fuerte nacionalismo, es la misma que se da a los republicanos y conservadores de Estados Unidos. Sin duda alguna 12 horas para sobrevivir quiere que relacionemos a estos asesinos y a su gobierno, “Los nuevos padres fundadores” con la derecha gringa.
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La derecha en Estados Unidos, actualmente representada por el presidente Donald Trump, tiene una historia terrible en temas de defensa de los derechos humanos, protección a minorías y demás temas sociales. Los políticos republicanos se han ganado merecidamente fama de racistas, sexistas y homofóbicos. A lo largo de varias décadas han apoyado leyes y acciones que benefician mayoritariamente a los ciudadanos de clase alta, grandes empresas y población blanca en detrimento de las minorías, las mujeres y los pobres. La oposición que muestran a temas como el aborto, la inmigración, la libertad religiosa, la protección del medio ambiente y hasta a la regulación del uso de armas de fuego los hace parecer a veces villanos de caricatura, pero sus acciones tienen consecuencias muy reales.
Y más ahora cuando el hombre que se sienta en la casa blanca pertenece al ala republicana más radical.
La segunda película de esta saga nos permite ver La Purga en acción. Allí seguimos a varios personajes de distintos sectores de la sociedad tratando de sobrevivir a la terrible noche. Algunos de ellos, personajes pobres y de color, descubren como agentes del gobierno están participando de los asesinatos apuntando precisamente a personas como ellas. La perversa lógica detrás de esto es que con menos personas pobres menos dinero tienen que invertir en apoyo social como bonos de comida o vivienda subsidiada.
Programas a los que los republicanos reales se oponen con vehemencia. La alegoría es clara como el agua.
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12 horas para sobrevivir: El año de la elección , la tercera entrega de esta serie, no esconde su propósito de servir como paralelo de la elección presidencial estadounidense de 2016 (el mismo año en que se estrenó). En ella tenemos a una candidata que ha sufrido en carne propia los horrores de La Purga y planea acabar con ella si llega al poder. El apoyo que recibe de, precisamente los sectores marginados por el gobierno, hace que los nuevos padres fundadores le teman y traten de usar La Purga para eliminarla. Allí vemos que entre los aliados de este gobierno se encuentran supremacistas blancos, el ku klux klan y lo neonazis.
Meses después, cuando Donald Trump fue elegido, quedó claro que esta clase de grupos fueron clave en el éxito de su campaña. Grupos de odio como estos se han sentido reinvigorados por un hombre que demostrando sin vergüenza alguna su racismo y su misoginia fue capaz de llegar al poder. Desde entonces han organizado marchas y demostraciones en varias ciudades de ese país. Los inmigrantes, las mujeres, las personas LGTBI y las personas de color se sienten cada vez menos seguras mientras sufren más discriminación, brutalidad policial y ven cómo pueden incluso perder derechos.
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Suena exagerado, pero eso es lo que está pasando allí.
Así como los republicanos y la derecha esconden sus propósitos detrás de una fachada de religiosidad cristiana, los villanos de la purga hacen lo mismo con una devoción casi religiosa hacia los “nuevos padres fundadores” y hacia La Purga. Se nos muestran orando con fervor a ellos antes de las matanzas y declarando que llevan a cabo los asesinatos siguiendo una orden divina.
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Estados Unidos no va a llegar al punto en que va a aprobar una purga. Obviamente ese no es el punto de las películas. Pero en ellas, este horrible evento les trae beneficios increíbles a sus gobernantes: Mejora la economía gracias a la venta de armas y seguros, se deshacen de la población que necesita ayuda económica y mantiene contenta a su base de electores sin importar que esto perjudique a todos los demás. Esto tiene un paralelo directo con las políticas actuales de los republicanos, capaces de acabar con protecciones ambientales, legalizar el uso de materiales peligrosos como el asbesto y reducir el presupuesto de ayudas sociales solo para hacerse más ricos a costa de la vida y la salud del resto. Esa es la metáfora de La Purga.
En la recién estrenada 12 horas para sobrevivir: El Inicio , el significado de La Purga es aún menos sutil. En ella se nos dice directamente que el gobierno busca acabar con sus opositores, los pobres y las minorías. Por si fuera poco el grupo de protagonistas que busca sobrevivir está completamente conformado por afroamericanos y latinos.
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El arte nos habla del presente. No importa si toma la forma de literatura, pintura, cine o videojuegos, es mediante él que podemos entender lo que está pasando en el mundo. Las películas de 12 horas para sobrevivir trataron de advertir a los gringos del peligro de un gobierno de ultraderecha. Tal vez una simple serie de películas de terror no fue suficiente para evitar que Donald Trump llegara al poder, pero al menos sirve para que su público descubra que hay al menos una esperanza de luchar contra sus terribles políticas.