En la pasada edición del FICCI se proyectaron dos películas que despertaron varios debates entre la crítica y los directores. Niña Errante , del director colombiano Rubén Mendoza y Girl, del director belga Lukas Dhont. Si bien la factura de cada filme es distinta, ambos comparten varias similitudes, como que fueron dirigidos por directores hombres jóvenes y abordan el tema de la feminidad. La película de Rubén Mendoza se estrenará el 4 de abril; la de Dhont fue publicada el 15 de marzo a través de Netflix. Y, como similitud particular, los directores también compartieron la misma experiencia después de mostrar su película: ambos tuvieron que salir a defender la intención de su mirada de la crítica.
En el discurso inaugural del FICCI, Rubén Mendoza lanzó una puya a las críticas por haberse enfocado en construir una imagen hipersexualizada de la mujer cuando dijo que “La dictadura y la tiranía del pensamiento, desde donde venga, por más progresista que se finja, no vale la pena”. Dhont, quien fue acusado de hacer “la película más peligrosa de un personaje trans en años”, por su parte, defendió su filme en una entrevista publicada en The Guardian.
Los recientes debates entre la crítica sobre cómo representar al otro en asuntos como la sexualidad, la figura femenina o los géneros no normativos tienen como telón de fondo un concepto que se ha utilizado y mal-utilizado mucho en los últimos años, el de la corrección política.
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Hablamos con algunos de los directores colombianos que participaron en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI) sobre el lugar de la corrección política en el cine. ¿Se deben hacer películas pensando en la corrección política? Hablaron con nosotros: Catalina Arroyave, directora de 'Los días de la ballena'; Jairo Pinilla, director de cine de suspenso y terror desde los 70; 'Simón Hernández', director del documental sobre Jairo Pinilla, 'La venganza de Jairo'; y Carlos Osuna, director de la película 'El concursante'.
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