Jaime Garzón decía que si uno vivía en un país como Colombia, tenía un deber fundamental que era transformarlo porque el miedo que generaba vivir aquí hacía que uno tuviera el valor de querer un país mejor y querer transformarlo.
Por: Victoria Cornejo
"Ciro Galindo nació el 29 de agosto de 1952 en Colombia. A donde quiera que ha ido la guerra lo ha encontrado". Como lo dice Miguel Salazar, el director del documental Ciro y Yo , desde el momento en que Ciro nació la guerra lo ha perseguido como un fantasma inmarcesible.
La primera guerra que le tocó fue la de la llamada época de la violencia, cuando el país estaba revolucionado por el asesinato del caudillo Jorge Eliecer Gaitán en 1948, liberales y conservadores no podían convivir en un mismo lugar y buscaban su territorio a como de lugar. El pueblo en el que Ciro nació, Coyaima, Tolima, era un pueblo liberal y a él y su mamá les tocó huir porque los conservadores estaban amenazando con tomarse el pueblo.
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Desde ese momento, es decir desde sus primeros años de vida hasta lo que es hoy, Ciro ha sido víctima de todas las guerras que ha dado este país de manera personal. Farc, Paramilitares e incluso el ejército han llegado a su casa y se le han llevado un pedazo de vida.
El fotógrafo y director Miguel Salazar conoció a Ciro en el año 1996 cuando fue a la Serranía de la Macarena, en el Meta, a tomarle fotos al río Caño Cristales. Ciro vivía ahí con su familia y trabajaba como guardaparques en la Sierra de la Macarena y en vista de que Miguel necesitaba un guía para tomar las fotos, Ciro le ofrece a su hijo Elkin como acompañante. El niño de 14 años había navegado el río desde que tenía memoria y hacía las veces de guía para los turistas que llegaban a conocer el río morado. Mientras buscaban el mejor paisaje para tomar la foto, Elkin se clava al río y no vuelve a salir, a Miguel le toca contarle a Ciro que su hijo había muerto. Miguel dice que a Ciro y a él los unió la tragedia de por vida.
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En Colombia la guerra nos la han narrado los noticieros, como noticia en caliente que se enfría y se desvanece en la memoria. También se han hecho novelas como Los tres caínes , basada en los hermanos paramilitares Castaño, hemos visto muchas novelas del narcotráfico; El patrón del mal, Las muñecas de la mafia, El capo, El cartel de los sapos, entre otras muchas. Se han hecho libros de los principales comandantes de las Farc, tratando de entender su pensamiento y las causas de su lucha. En fin, hemos visto la guerra desde los victimarios, desde los que hacen el daño pero no desde los que la han sufrido realmente, desde los campesinos que siempre han sido las principales víctimas de la guerra en este país.
Por eso Ciro y Yo me conmovió, porque entendí de manera personal y con dolor en el pecho la historia de este Colombia desde el ángulo más importante: el de quienes la han sufrido. Los campesinos que han estado sujetos a las decisiones del estado y de los grupos subversivos y que no han tenido otra salida que huir o morir. Ciro es el reflejo de las víctimas y de la historia reciente de Colombia, en cada paso que da se le ve el dolor que carga, seguramente será un dolor que jamás se irá pero que con este documental está transformando y nos está transformando a todos los que la hemos visto.
La película estará en cartelera desde el jueves 25 de enero en Cine Colombia y Cine Tonalá .
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