El género de terror es uno de los pocos que logra crear largas franquicias basadas en un personaje icónico. Viernes 13, Jason y Freddy Krueger son de los casos más exitosos en los 80. Obviamente, nuestro muñeco asesino hace parte de estos clásicos. Chucky: el muñeco diabólico, creado por Don Mancini, es una de las franquicias más queridas y más recordadas, que ahora se considera un ícono del cine de terror. Aquí las 5 mejores de toda la saga.
Por Edgar Medrano.
5. Chucky: el muñeco diabólico 2 (1990)
Esta secuela continúa justo después de los eventos de la primera. Andy está en un hogar adoptivo después de que su madre es ingresada a un hospital psiquiátrico. Chucky rastrea a Andy y pone en la mira a su nueva familia. La segunda parte juega muy bien con los temores de Andy, quien se verá arrastrado a un círculo vicioso una vez más. Al igual que en la primera película nadie le cree hasta que es demasiado tarde, pero aprovechando los buenos resultados con el humor en la primera parte, enel guion de esta secuela hay más de ello. El final es algo inesperado, con un enfrentamiento final que deja al público con ganas de más.
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4. La maldición de Chucky (2013)
El público se mostró escéptico cuando se anunció que una sexta película de Chucky llegaría casi una década después de la última. Sin embargo, este título logró un reinicio bastante creíble de la serie. La trama estableció una conexión entre Nica (la protagonista) y el espíritu del psicópata que vive dentro del muñeco, logrando que la franquicia volviera a sus raíces de terror. En comparación a las anteriores entregas, ésta es mucho más complicada de lo esperado, pues logra establecer una conexión con los sucesos narrados en la original.
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3. El culto de Chucky (2017)
Esta entrega aparte de ser la más reciente, es la más loca. Dadas las cosas que hemos visto durante la franquicia esta es una afirmación atrevida, pero no equivocada. Continuando con la historia de Nica, esta historia toma una nueva y audaz dirección, e inyecta un montón de ideas frescas con varios elementos vistos en cada una de las entregas. Andy está de vuelta (interpretado por el actor original) y guarda un macabro secreto. Si la resultan viendo, hay otra gran sorpresa en la escena post-créditos que hace de El culto de Chucky una película original, aterradora y extrañamente divertida.
2. La novia de Chucky (1998)
Justo después de la tercera entrega de la franquicia, nuestro muñeco asesino regresó en 1998 con un estilo más cómico, presentando a su esposa en la forma de Tiffany, otra muñeca asesina. La historia central tiene muy poco que ver con las tramas de las tres películas anteriores, debido a que el terror se deja un poco de lado para dar espacio al humor con las dinámicas de pareja que tienen ambos personajes principales. Esta es la elección indicada para reírse más que para asustarse. Tiene grandes muertes, un relato convincente y mucho humor a carcajadas.
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1. Chucky: el muñeco diabólico (1988)
Siempre será un cliché decirlo, pero la Chucky original siempre será la mejor. Hasta entonces no existía una película terror parecida y sobre todo interpretada de manera tan directa. El público jamás había visto una mezcla tan definida entre terror y comedia, contraste que el muñeco logra con creces. La película narra la historia de una madre soltera que le compra a su hijo Andy un muñeco para su cumpleaños. Lo que ella no sabe es que está poseído por el alma de un asesino en serie y que ello le traerá desgracias a su familia. En una de las decisiones más inteligentes de la película, se revela que el muñeco está vivo hasta la mitad de ésta. Al principio convence al público de que el muñeco con vida es producto de la imaginación de Andy, pero la escena de la niñera dirá lo contrario, convirtiéndose en uno de los mejores momentos del cine de terror ochentero.
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Chucky es realmente espeluznante, con más de un sobresalto y un final muy tenso. Su impacto fue tan grande que llevamos más de 30 años viendo sus estrenos, y estamos a punto de ver uno más. La saga siempre ha sido entretenida y lo que viene seguramente no será la excepción.