Si creció en los 90, lo más seguro es que haya visto una buena tajada de comedias de mal gusto. Entre los 90 y los 2000, este tipo de películas dominó el panorama de las carteleras de cine, con una gran colección de títulos bastante exitosos enfocados en chistes de doble sentido, y la exploración sexual de sus protagonistas. Sin duda la más famosa es American Pie , que por estos días cumple 19 años.
Por Edgar Medrano
American Pie es una historia sobre cuatro adolescentes que buscan perder su virginidad antes de ir a la universidad. Años después vimos varias cintas por la misma línea tales como Supercool, La chica de al lado, Euroviaje censurado, Aquellos viejos tiempos, Hey ¿dónde está mi auto?, Virgen a los cuarenta y hasta podemos incluír la saga de The Hangover y No me las toquen .
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Cabe agregar que American Pie no estaba inventando la rueda cuando se lanzó en 1999, es bien sabido que los ochentas tuvieron su cuota de cine por esta misma línea, muchos vieron o al menos han escuchado mencionar a Porkys o La venganza de los nerds . Sin embargo, éstos nunca dejaron de ser títulos marginales para el público en general. Per o American Pie tenía algo más: las escenas de humor sexual explícito balanceadas con momentos románticos, emotivos y con los que los adolescentes podrían sentirse identificados. Esto la hizo un éxito.
Esta película reúne varios clichés sobre perder la virginidad: que siempre pasa en el prom, y que básicamente es un completo perdedor el que no tiene sexo por primera vez antes de graduarse del colegio. Aunque no recomendamos que nadie tome como ejemplo a sus protagonistas (no queremos más pies de manzana echados a perder), American Pie sí nos deja algunas reflexiones interesantes sobre roles de género, virginidad y educación sexual.
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Perder la virginidad en las películas vs. la vida real.
Uno de los personajes más recordados es Stiffler. Vulgar y ruidoso, tiende a actuar como un niño grande. Su sentido del humor asqueroso lo hace difícil para la mayoría de sus compañeros, pero entretenido para el público. Este sujeto básicamente es un eructo humano, llega a arruinar y ensuciar cualquier momento emotivo. Es la representación de la masculinidad tóxica que todos hemos visto alguna vez: el amigo que no para de hablar de sexo y hacer chistes de doble sentido, que alardea con cuantas se ha acostado (asi sea mentira) y que le parece que es "muy marica" mostrar las emociones.
Pero su actitud es castigada: es el único personaje que termina sin pareja, además de que uno de sus compañeros de clase termina acostándose con su mamá (porque Stiffler, como cualquier hombre tóxico, cree que las mujeres en su vida son de su propiedad).
American Pie captura bien lo perdidos que están los adolescentes antes de la primera vez. Jim quiere experimentar cómo es el sexo poniéndose un pie de manzana en los pantalones, Oz cree que con frases ridículas como "Chúpamelo, linda" va a lograr la atención de la mujer (ella se le ríe en la cara, por supuesto) y Kevin busca en un libro de la biblioteca hecho por otros estudiantes cómo darle placer a su novia con el sexo oral. Como les suele suceder a muchos adolescentes en ese momento: están confundidos y desorientados y no saben a quién acudir.
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Curiosamente, aunque ellos subestiman a las mujeres, son ellas quienes más apropiadas están de sexualidad. Este es el caso de Michelle: una chica tímida y algo "nerd". Jim la cree una boba, pero es ella quien toma la iniciativa con la famosa frase "una vez, en el campamento de la banda, me metí una flauta en la vagina" y le demuestra que no es ninguna ingenua en temas de sexo, con otra frase inolvidable: "di mi nombre, perra". Vicky termina con Kevin porque cree que solo la quiere para el sexo y Heather le termina a Oz porque no está muy segura de él.
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Muy a su manera, American Pie nos da una buena lección sobre los roles de género: Mientras ellas toman decisiones libres sobre su cuerpo, ellos gradualmente se despojan de sus actitudes machistas. Hasta que logran aceptarse tal y como son y dejar de lado los estereotipos de macho, es que consiguen tener sexo.
Aunque nos mostró a Stiffler y nos dio un adelanto de lo que iba a ser el cyberbullying (todo el colegio vio a Jim con Nadia en Internet), lo cierto es que American Pie fue de las primeras en hablarles con cercanía (y no condescendencia) a los adolescentes y sus inquietudes sexuales. Su escena más realista es cuando Kevin y Vicky tienen sexo: es incómodo y confuso, tal y como suele ser la primera vez.
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