Curiosamente en los Oscar 2021 , los de la época pandémica, y con seguridad por pura coincidencia, tres de las películas claves en las diferentes categorías se inspiraron en obras de teatro: The Father , La madre del blues y Una noche en Miami . La primera de ellas, de la que vamos hablar acá, de hecho, compite por el premio mayor: Mejor película . Y bien que se lo tiene bien ganado esta adaptación de la obra de teatro Le Père de Florian Zeller con la monumental actuación de Anthony Hopkins .
Por Fabián Páez López | @DavidChaka
Resulta curioso este paso del teatro al cine, que transcurre por lo general en una sola locación y entre cuatro paredes, porque está como mandado a hacer en respuesta ante los dramas actuales del planeta, sometido a la permanencia en el encierro. También porque ante la pirotecnia enlatada de Hollywood y la producción masiva de series y películas de superhéroes esta puede ser una apuesta que retadora con las audiencias.
Ya habíamos visto antes, desde luego, grandes cintas con estas características. Desde la genial Carnage de Roman Polanski, pasando por Insignificance de Nicolas Roeg o, para no irnos tan lejos, Siempre Viva , protagonizada por Enrique Carriazo .
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(Vean también: Oscar 2021: las películas nominadas a los Premios de la Academia )
El lucimiento actoral y los diálogos profundos son la patente de este tipo de películas. Para el espectador, percibirse encerrado durante tanto tiempo (y ahora sí que lo sabemos todos muy bien) dilata la tensión de cualquier drama.
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En The Father esa sensación dramática es quizá más enganchadora para quien no esté acostumbrado, pues introduce otro de los temas que, también curiosamente, son recurrentes en las películas más populares de la temporada de premios 2021: el cuidado de los adultos mayores (para la muestra: El agente topo o Nomadland ).
Pero el tino argumental de The Father tiene más componentes de dónde agarrarse para hablar de su absoluta genialidad.
El personaje principal, el padre, interpretado por un monumental Anthony Hopkins , es un adulto mayor que vive en un apartamento con su hija y cuidadora, interpretada por Olivia Colman . Poco a poco, el control que tiene sobre sus percepciones de la realidad y, sobre todo, del tiempo, se va desdibujando.
Aunque nunca se hace explícito su diagnóstico, sus interacciones diarias parecen indicar que tiene síntomas de Alzheimer, alucinaciones psicóticas y epilepsia del lóbulo temporal. Es decir, tiene alucinaciones en apariencia articuladas, con coherencia interna y experimenta sensación de persecución y juzgamiento. Lo que vemos en pantalla no siempre se corresponde con la realidad.
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Los tiempos, los rostros, los recuerdos que percibe Hopkins se empiezan a entrecruzar. Su hija, que alterna su vida como cuidadora con su vida en pareja es quien funciona como sostén de lo real.
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Esa suma de pequeños dramas cotidianos, asociados al progresivo deterioro mental experimentado por Hopkins hace que The Father sea también una película de misterio , pues, como ya lo habíamos anotado, la misma estructura de su enfermedad da lugar a una aparente antitrama.
Ver la historia es compartir la experiencia de la pérdida de sentido. Hay que intentar hilar el tiempo, atar cabos. Cada tanto, aparece (o mejor: desaparece) un elemento que opera como símbolo para recordarnos constantemente lo que está pasando: Hopkins no recuerda dónde dejó su reloj.
Como telón de fondo, ronda en el aire un drama social contemporáneo que poco a poco, a medida que desaparece la noción de comunidad y las familias tienden a reducirse, se hace más agudo: el cuidado de los ancianos. El personaje de Olivia Colman atraviesa por varios conflictos: ¿qué hacer con su padre? ¿contratar una cuidadora es suficiente? ¿podrá manejar su vida en paralelo al cuidado?
Al final, la cabeza de Hopkins parece mostrar un patrón alucinatorio que lo lleva a donde se siente cómodo y bloquea la tragedia. Sus recuerdos son cada vez más caprichosos hasta el punto que parece cerrar el círculo y se refugia en su niñez. The Father es tan conmovedora como fascinante. Una cinta que se puede ambientar también con alguno de los libros de Oliver Sacks.