¿Por qué vemos cada vez menos películas de comedia en Hollywood?

En los 80 y 90 comedias como Locademia de Policía, La venganza de los nerds o American Pie reinaban en la taquilla. Incluso en los 2000 tuvimos clásicos cómicos que hoy se consideran de culto, como ¿Y dónde están las rubias?, Tropic Thunder, 40 Year Old Virgin o The Hangover. Hoy son pocas las películas de comedia que llegan a estrenarse y tener ese impacto.

Por Paula Ricciulli 

En 2023, Roy Price, antiguo director de Amazon Studios, dijo en X (Twitter) que, mientras la comedia era el 21% de la taquilla en Estados Unidos, en 2022 fue el 8%. 

De acuerdocon worldofreel, en 1997, las comedias representaban el 20 por ciento del mercado cinematográfico total. En 2003, las comedias alcanzaron un máximo del 21,4 por ciento: ese año, se estrenaron Old School, Bad Santa, The School of Rock, Elf o Freaky Friday que hoy son consideradas clásicos de la comedia.

En 2020, la cuota de mercado de las comedias descendió a un mínimo histórico del 3,8 por ciento y en 2023 fue del 6 %.

La comedia ha estado presente en el cine desde sus comienzos. Cuando el cine no tenía diálogos, actores como Buster Keaton o Charles Chaplin sacaban carcajadas con el humor físico. En los 20 y 30, las películas fueron escape en momentos como la Gran Depresión.

En todas las décadas de la historia del cine se han hecho comedias. ¿Por qué esta época es distinta? ¿Estamos perdiendo el sentido del humor? Aquí algunas respuestas.

¿Hay menos comedias por miedo a la cancelación? 

Existen varias explicaciones a por qué cada vez vemos menos comedias en la gran pantalla. En 2019, el director Todd Phillips, que dirigió The Hangover y The Joker, dijo que “la cultura de la cancelación había matado la comedia”. “Se escribieron artículos sobre por qué las comedias ya no funcionan. Te diré por qué, porque todos los tipos divertidos dicen: ‘A la mierda con esto, porque no quiero ofenderte’. Es difícil discutir con 30 millones de personas en Twitter. Simplemente no puedes hacerlo, ¿verdad?”, dijo citado por Esquire.

Si bien es un poco drástico atribuirlo exclusivamente a eso, sí es muy probable que los estudios se estén cuidando más que nunca de apostarle a contenidos que puedan resultar ofensivos.

Un usuario de Twitter le pidió a Ben Stiller que dejara de disculparse por su comedia de 2008 Tropic Thunder, una película que hoy recibiría el calificativo de racista o capacitista, a lo que el actor respondió firmemente que nunca lo ha hecho y nunca lo hará.

“No me disculpo por Tropic Thunder. No sé quién te dijo eso. Siempre ha sido una película controvertida desde que la estrenamos. Estoy orgulloso de ella y del trabajo que todos hicieron en ella”.

Es claro que los públicos han cambiado, y chistes sobre la raza, la apariencia física, el género o la orientación sexual de una persona, que nos gustaron de nuestras comedias favoritas, hoy serían percibidos de forma totalmente distinta.

¿Tuvo algo que ver la pandemia? Sí y no

Otra teoría es que, después de la pandemia, los estudios prefirieron ir “a la fija” con grandes películas de acción y grandes nombres, por encima de las comedias.

La rentabilidad es un punto importante, pues Hollywood necesita buenos resultados en taquilla tanto nacional como internacionalmente.

La película Talladega Nights con Will Farrell de 2006, sobre la NASCAR, recaudó 148 millones de dólares en Estados Unidos, pero solo 14 millones en el extranjero.

De acuerdo con Big Think, los dramas funcionan al revés: a menudo recaudan más dinero a nivel internacional que en el país, lo que significa que incluso las películas que fracasan en Estados Unidos pueden convertirse en éxitos financieros después de su estreno en otras partes del mundo.

“El drama es universal. Las emociones que pueden provocar las historias dramáticas (miedo, ira, tristeza) trascienden el tiempo y el espacio. El humor, por otra parte, suele variar drásticamente de una cultura a otra”, opina Tim Brinkhof.

En momentos en los que Hollywood busca llegar a públicos internacionales, se hace más difícil hacer historias universales en la comedia, que se nutre mucho de canciones, imaginarios o referentes culturales específicos. 

La comedia se ha diversificado

Otra explicación para la disminución del número de películas de comedia es que este género ha tomado otras formas y ha llegado a nuevos formatos.  

Tras el estreno de Iron- Man en 2008 las películas de superhéroes llegaron a ser una fuerza importante en el cine (y por supuesto en la taquilla). Mucho de ese componente cómico de las comedias clásicas llegó a películas como las sagas de Thor o Deadpool. 

// Foto: Jay Maidment/Jay Maidment

“Las películas de comedia están dejando de ser un género propio y se están convirtiendo en una mezcla de otros”, opina Ben Ross en Hollywood Insider. “Los estudios siguen haciendo grandes comedias, sólo que las están adaptando cada vez más a franquicias y otros nombres conocidos”, agrega.

¿Cómo es la comedia hoy?

Aja Romano en Voxexplica que hoy la comedia está en “una crisis existencial”, en la que reflexiona sobre sí misma y su papel en la sociedad. Estábamos acostumbrados a los chistes fáciles y al humor solo porque es divertido. Pero ante un público cada vez más exigente y poco tolerante a la discriminación, quienes hacen comedia se están cuestionando más que nunca cuál es su misión, qué implica hacer reír y qué hace que algo nos dé risa.

Dos de los especiales de comedia más exitosos de Netflix en los últimos años reflejan esta tendencia: Nanette, de Hannah Gadsby, que más que los chistes clásicos, hace comentarios reveladores sobre lo que implica ser chistoso y los retos de la creatividad. Otros como el exitoso Bo Burnham: Inside capturó el miedo del aislamiento durante la pandemia y temas como la salud mental y el tiempo que pasamos en Internet. Los 2 son sumamente introspectivos y muy perspicaces.

“Hoy en día ves una comedia y piensas. ‘Eso no es una comedia, ¿Dónde están los chistes?’”, dice el actor Adam Devine, quién continúa: “Siento que hoy llegas al final de lo que crees que es una comedia y piensas : ¿Hay algún mensaje profundo que debo descifrar?”.

En películas recientes clasificadas como comedia, como Barbie o Don’t Look Up, se usa el humor como excusa para hablar de algo más: la primera crítica el machismo, y la segunda nuestra actitud hacia el cambio climático.

Si bien la comedia siempre ha sido un vehículo para llevar mensajes reveladores sobre cómo somos como sociedad, hoy esa intención toma más fuerza por encima de los chistes fáciles que escuchamos por décadas.

La comedia no ha muerto. Aunque no esté tan presente en la cantidad de títulos que quisiéramos en grandes pantallas, se evidencia en series, películas y especiales en streaming. Puede cambiar la forma y la intención, pero siempre vamos a necesitar y querer reír.