Se puede decir que Halt and catch fire , la serie de AMC creada por Chris Cantwell y Christopher C. Rogers en el 2014, es un “drama tecnológico” que narra la historia de las revoluciones del mundo informático.
Desde la evolución de las PC, el desarrollo de los videojuegos, la aparición de los primeros virus y antivirus, hasta la creación de la World Wide Web (WWW) y la batalla por construir los primeros motores de búsqueda capaces de administrar toda la información de la web.
En un primer momento, y de manera muy superficial, se puede suponer que así es.
Sin embargo, “lo que está detrás de las cosas, las máquinas y las mercancías son las historias de las personas” , dicen los viejos marxistas.
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La serie es un drama humano que se conecta con la tecnología para exponer de forma magnífica los cambios sociales, económicos y culturales más significativos de finales del siglo XX y el impacto en la vida de las personas en el siglo XXI .
Ambientada en los 80 y principios de los 90, momento en el que IBM tenía el control del mercado de las computadoras personales, y entre la creación del primer Microsoft Word (1983) y la evolución a Windows 95 , Halt and catch fire retrata una línea continua de fracaso y esperanza.
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Todo comienza con la llegada de Joe MacMillan (Lee Pace), antiguo empleado de IBM, a la pequeña y jerárquica empresa de electrónica Cardiff Electric , administrada por John “Bos” Bosworth (Toby Huss).
Joe, que no está ahí por mera casualidad, se acerca a Gordon Clarke (Scoot McNairy), un ingeniero brillante pero frustrado por la falta de reconocimiento de su trabajo, para convencerlo de crear un ordenador doméstico que compita con los gigantes de la industria.
En la escena clave de la serie MacMillan se aproxima al escritorio de Gordon y le arroja una revista diciendo: “ ¿No te das cuenta de lo que escribiste? Escribiste un mapa del tesoro. Si sigue aquí, me gustaría ver a ese sujeto. Tengo un proyecto que me gustaría discutir con él”.
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El mapa del tesoro al que apelaba Joe proponía un modelo de arquitectura abierta e infraestructura de software y tecnología libre disponible al público sin restricciones o patentes.
Ambos, uno como ex-empleado de IBM y el otro como “genio” incomprendido, sabían que la IBM PC tenía una gran falla: su sistema operativo podía ser descifrado código por código.
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¡Qué gran oportunidad para poner en marcha el fin de la historia!
Como si se tratara de un tipo de venganza o una forma de darle muerte al símbolo que secuestra el conocimiento público y lo encapsula en formas de copyright y patentes, Joe y Gordon terminaron aplicando “ingeniería inversa” a la PC de IBM.
Este acto de subversión creativa no solo permitió la liberación del conocimiento público —la mayoría de los avances tecnológicos de principios y mediados del siglo XX se dieron mediante la financiación pública de proyectos por entidades estatales que luego fueron apropiados por las grandes corporaciones—, sino que despertó la furia del gigante dormido quien detonó una batalla legal por resguardar los derechos de propiedad del código ‘hackeado’.
La trama, entonces, ya no se desarrolla en la clave histórica tradicional de capitalistas versus proletariado y trabajadores.
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La nueva lucha que se desata es más contemporánea: hackers versus vectorialistas (poseedores de los medios para desarrollar el valor y extraer rentas de la creación y la capacidad intelectual de otros).
Este es uno de los subtextos que está implícito en la serie: la intensa batalla entre dos nuevas formaciones sociales.
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Una clase que intenta desposeer a los hackers de su “propiedad” intelectual para monopolizar y controlar las formas de conocimiento que se crean en ambientes y entornos compartidos.
Pero, principalmente, l o que recrea Halt and catch fire es una lucha de los hackers para recuperar esas formas económicas en las que prevalecía el conocimiento como forma de regalo .
Su eslogan de clase no es “Obreros del mundo únanse”, sino “Obras del mundo circulen libremente”.
También nos muestra cómo cambia la relación con el tiempo de trabajo y las reglas laborales.
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Primero, no hay horarios fijos (o al menos son horarios más flexibles), la rutina se diluye y ahora se puede tomar una cerveza mientras se trabaja o, incluso, “te puedes fumar un ‘porro’” ya que puede resultar productivo cuando de creatividad y nuevas ideas se trata”.
Luego explora la supuesta y gradual desaparición de las jerarquías laborales en el interior de las empresas tecnológicas (esto no aplica para las empresas chinas, pero sí puede aplicar para algunas empresas de las industrias culturales).
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La imagen de la vieja figura del jefe que obliga a sus empleados a marcar tarjeta se sustituye por nuevas y emblemáticas formas que establecen un modelo horizontal de trabajo.
Esto se acompaña de un pequeño giro sobre la vieja consigna de “zapatero a tus zapatos”, es decir, la horizontalidad que expone Halt and catch fire no solo nos habla de la muerte virtual de la figura del jefe, sino que deja ver entre sus circuitos la posibilidad de capitalizar ideas de todos los lados y frentes posibles .
Tráiler de
Halt and catch fire
A diferencia de las antiguas fábricas, donde “no todas las ideas son bienvenidas”, la industria tecnológica que se consolidó en los años 80 y 90 se apoyó en la consigna de “no hay, ni malas ni buenas ideas, solo ideas” , hizo que fuera posible recibir desde cualquier esquina todo tipo de aporte que fuera mediante innovador y rentable.
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H alt and catch fire aborda uno de los temas más paradójicos del siglo XX y XXI, la vulgar mercantilización de todo lo que en esta tierra pueda existir. Esta vez lo que se comercializa es el conocimiento y la información.
“El hacker produce algo nuevo de algo viejo, pero el empresario se limita a ‘descubrir’ su precio”.
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Lo que describe este tipo de frases es la sensación de impotencia que sienten los hackers —como Gordon o Cameron— quienes se ven obligados a comercializar sus productos para sobrevivir. Lo que les duele no es ganar dinero por lo que hacen y les gusta, lo que les ofende enormemente es que no puedan retener la mayoría del valor de las cosas que crean o “inventan”.
No todos llegan a ser Sergey Brin de Google ni Mark Zuckerberg de Meta o como Jeff Bezos de Amazon o Bill Gates de Microsoft o Steve Jobs y Steve Wozniak de Apple.
Estos no son hackers sino unicornios, representan el mito que guía y conduce a millones de hackers y empresas tecnológicas emergentes a consolidarse mediante el mismo deseo de ser millonarios algún día .
Mientras tanto el sueño hacker de hacer pública la información y el conocimiento de Tim Berners-Lee, el científico británico que le dio forma a la World Wide Web (WWW) en 1989 trabajando para el CERN, se desvanece entre algoritmos que alguna vez fueron propiedad colectiva en esa experiencia de trabajo juguetona.
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¿Dónde ver
Halt and Catch Fire
?
En Latinoamérica, la serie de televisión Halt and Catch Fire se puede ver a través de la plataforma gratuita de streaming Pluto TV .
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¿Cuántas temporadas tiene Halt and Catch Fire?
Halt and Catch Fire tiene 4 temporadas (40 episodios) y fue estrenada en 2014.