Eryen Korath Ortiz Garcés es música desde los cinco años. Como a la mayoría de los que crecieron con ella en la bahía del océano Pacífico colombiano, en Buenaventura, el ritmo y el virtuosismo musical parecía acompañarla desde su nacimiento.
Ese virtuosismo se transmite y se ha mantenido en su territorio como tradición, materializada en el sonido de las marimbas de chonta, los bombos, los cununos, el guasá y en la voz de las cantadoras.
Eryen abrazó esa herencia y se apropió de ella de una forma quizá rebelde. A sus 20 años ya era coordinadora musical, intérprete de marimba y voz principal en el grupo Cantores del Pacífico, un formato tradicional de 11 personas que ya cruzó la frontera para hacer intercambios culturales en Ghana, Estados Unidos, Ecuador y Panamá.
Su rebeldía se manifiesta dentro de los límites de la tradición, pues si bien la agrupación es fiel representante del folclor de la región, su lugar como mujer marimbera propone nuevos caminos para las mujeres.
“Yo inicié a los cinco años aprendiendo el guasá, pasé al cununo, a la voz y terminé en la marimba porque siento una conexión más viva con el instrumento. Cuando conformamos la agrupación yo ya era marimbera. Y creo que ya se están rompiendo las barreras, aunque siempre que uno se baja de un escenario los viejos tienen reparos”, me cuenta Eryen desde Cali (ciudad en la que estudia derecho), a propósito del hecho de ser una de las pocas mujeres que tocan este instrumento, pues, tradicionalmente, quienes tocan la marimba son los hombres.
“No es cosa de ahora. Si bien debe existir un respeto por los patrones culturales, es importante que la mujer tenga participación. Las mujeres somos protectoras. La mujer ayuda a la tradición”.
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No obstante, la labor de esta joven no es disruptiva solo porque reconfigura la tradición para mantenerla viva, sino porque ha llevado su rol como música a un estado más activo e involucrado en lo que pasa en Buenaventura.
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Buenaventura, por su posición estratégica como uno de los puertos más importantes para el comercio de Colombia, ha sufrido altos niveles de violencia y falta de atención presupuestaria y fiscal. A pesar de eso, la ciudad, de 400.000 habitantes, la mayoría de ellos afrodescendientes, es rica en cultura. La violencia y falta de opciones de empleo son grandes desafíos, pero el trabajo de disruptoras jóvenes como Eryen van en contra de la marea.
Eryen, además del grupo musical hace parte del colectivo Jóvenes unidos por Buenaventura. Una iniciativa que nació desde el paro cívico y que procura aportar en la reconstrucción del tejido social en las zonas más abandonadas. Organiza actividades que van desde videoforos en donde proyectan filmes como The Black Panthers (un documental que cuenta la historia del movimiento Panteras negras en los años 50) hasta conversatorios y establecimiento de redes de apoyo, pero que sobre todo busca hacer que los jóvenes, a pesar de no recibir ningún tipo de ayuda, puedan autogestionarse, educarse a sí mismos.
Como cuenta Eryen, en Buenaventura solo hay carreras dedicadas al “turismo o al servicio”, por eso ella, como la mayoría de jóvenes, tuvo que ir a Cali a estudiar. Aunque muchos no tienen esa posibilidad.
Su historia, y la historia de las luchas sociales, que es la misma historia de la desigualdad y la discriminación hacia las comunidades negras en el mundo, se cuenta también a través del cine.
Acá van cinco recomendaciones cinematográficas de Eryen para conocer a los líderes que hay que seguir
- 12 años de esclavitud
- Malcom X
- The Birth of a Nation
- Mandela: del mito al hombre
- Slaves