Según los duros de varios de los festivales más grandes del mundo, estamos en buena hora para hacer cine documental y de ficción en Colombia. Esa es la moraleja que le queda a uno después de ver una de las últimas conferencias del BAM 2017, cuyos invitados eran Jim Kolmar, de la sección de cine del SXSW; Luke Moody, del Sheffield Doc Fest; Arnau Gifreu Castells, del DOCS Barcelona; y Paola Turbay, productora ejecutiva del festival IndieBO.
Los tres invitados internacionales, representando espacios a los que debería apuntar cualquier documentalista colombiano para dar a conocer su obra, coincidían en que este es un tiempo en que buscan producciones realizadas en los lugares periféricos o no tradicionales en el cine. Sus proyectos apuntan a la descolonización del cine. A la hora de hacer una selección en sus festivales, hoy priman las historias contadas por gente que vive en el lugar de los hechos, no las gigantes producciones de gente que se desplaza de forma casi que extractiva a contar historias de lugares lejanos.
El discurso del multiculturalismo en Europa y Estados Unidos ha provocado el nacimiento de ese interés decolonial. Inminentemente, es algo que beneficia a los proyectos colombianos. Hay más cabida para que contemos nuestras historias, para que los cineastas colombianos sean los narradores de su entorno. Es más, el Docs Barcelona celebrará en octubre una segunda muestra en Medellín; y también ha articulado el festival con la movida latinoamericana en Valparaíso, Chile.
Pero si bien coinciden en que buscan historias hechas en su lugar de origen, son festivales con almas diferentes. Según sus representantes invitados al IndieBo, el SXSW le está apostando a las óperas primas con historias sencillas. En el Sheffield, se buscan más proyectos de corte experimental, narrativa y estéticamente novedosos. Mientras que el Docs Barcelona ha apostado por privilegiar las temáticas sociales, entendiendo que en territorios como Colombia hay muchas historias que contar de la violencia y la desigualdad, tal vez como un ejercicio terapéutico. En cuanto a los contenidos, los festivales se mueven en orbitas distintas. Y poco a poco empiezan a parecer importantes palabras como la innovación, el transmedia, la realidad aumentada, los juegos con la tecnología. Pero como decía Arnau Gifreu puede ser engañoso.
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Por encima de todas las cosas se privilegian las historias, las narraciones bien hechas. En nuestro mercado, todavía es muy difícil competir con los largometrajes en cuanto a tecnología, pero no estamos tan lejos de competir con la narrativa. La innovación es un camino que hasta ahora se está explorando. El IndieBo, por ejemplo, ya incluyó en Bogotá IndieBox, una instalación inmersiva en el Monumento de los Héroes. En Sheffield hay charlas y conferencias al respecto, pero no son las que más publico llevan; y en Docs Barcelona hay talleres para volver las historias transmedia, los llaman Hackadocs.