Gustavo Casallas, más conocido como Gato e' Monte, nació en Bogotá y creció entre las localidades de Bosa y Kennedy, rodeado por el sonido de las mechas de los tejos del barrio y el olor a pollo recién salido del horno de su restaurante familiar.
Cuando habla de su niñez la sitúa en tres espacios: su casa, el asadero de pollos y el barrio.
En la cancha de fútbol de su barrio aprendió a querer a Millonarios, el equipo de la capital. Allí, jugando, primero soñó con ser futbolista. Pero una clásica lesión de rodilla lo hizo cambiar el balón por la guitarra.
"En el colegio vi clases de guitarra y me interesé por las cuerdas. Tuve una banda de punk y luego me decepcioné mucho del rock."
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El asadero Pollo al Horno, un restaurante de su familia que funciona hace 40 años, atravesó también su vida. Era el centro de sus relaciones familiares.
Sin embargo, fue en un gimnasio, otro negocio familiar, en el que comenzó a preguntarse por la música que escuchaba y lo que sonaba en ciertos espacios.
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"Mi mamá abría el gimnasio a las cinco de la mañana y yo la acompañaba. Mientras la gente hacía ejercicio, ella ponía discos y yo en la tarde los sacaba para mostrárselos a mis amigos".
Entre esas compilaciones de trance, electrónica y rock que se robaba del gimnasio, consiguió a las afueras de su colegio el disco con el que se "engomaría" por primera vez. Un barrista de Millonarios, que se convirtió en el Dealer de música de su colegio, le consiguió a sus doce años su primer CD de los Comandos Azules.
Lo reprodujo tanto que le prohibieron ponerlo en la casa porque, dice, "le estaba afectando bastante la cabeza".
Su primera pasión fue fútbol y gracias al fútbol conoció a su segundo amor, la música.
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Su nombre artístico da una pista clara de lo que vamos a escuchar: sabana, alta montaña y cuerdas campesinas.
Su interés por los sonidos del campo nació de una investigación universitaria en torno al tiple como respuesta a un problema de identidad en la música que escuchamos a diario.
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Descubrí que la música que estaba escuchando, el punk y el rock, respondían a otra época, a otra ciudad y a otros contextos. Yo necesitaba escuchar música que diera cuenta de las preguntas e inquietudes que tenía sobre mi ciudad y mi barrio.
Tocando el tiple conoció el campo y la poética popular campesina. Gato e' Monte se dio cuenta que a Bogotá pocos traían los instrumentos de cuerda que por años han construido la identidad musical de Colombia.
Se aprendió las letras de Patricio Hidalgo, Jorge Velosa y Chalino Sánchez y se inspiró en ese lenguaje que se escucha como frío sabanero, como tierra húmeda, para hacer sus canciones.
Gustavo tiene dos discos afuera. 'Gurbia' (2019), producto de esa investigación por los instrumentos de cuerda y 'El talante de la noche' (2023). En ambos explora los lenguajes y los códigos de lo nuestro, de lo andino, de lo montañero y los canta en su propia jerga. Una que suena al campo, pero migrante.
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No voy con la idea del folclore, de tomar esa música como si estuviera muerta, como si fueran pedazos de vitrinas o museos y estuvieran estancadas en el tiempo. Al contrario, son músicas que están vivas, que siguen sonando en todo lado.
En 'El talante de la noches' hace un ejercicio más activo de llevar ese lenguaje aprendido a su contexto. Un regalo a su familia y al asadero, en el que aún trabaja, por sacarlo adelante y confiar en él.
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"Yo decidí hacer un disco que pudiera disfrutar mi familia sin necesidad de traducirse. El ejercicio fue que sonara popular, que se pudiera colocar como lo colocan ahorita en Rancho Memoria, en el Tejo, en el asadero y que la gente diga: 'El Gato le hizo un disco a Don Teo, aquí hay una referencia a su papá'".
El Chiflamero
Gato e' Monte se enamoró tanto de las cuerdas que se inventó su propio instrumento, "El Chiflamero", una bandola con el cuerpo más grandes y con 8 cuerdas en total.
Como dándole vida a un personaje, le dio una identidad a su instrumento para que lo acompañe. Su nombre nace de "los chiflamicas", como se le decía a los músicos andariegos y borrachos de Bogotá en el siglo XIX.
Su primer amor es Millonarios pero con él conoció la música.
"No puedo entender ni la música, ni mi vida, sin esa experiencia de estar allá en el estadio alentando al equipo. Esa murga que suena, los cánticos. Ir al estadio también es un ejercicio musical importante para mí
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Cuando me imagino tocando una cumbia, me imagino en el estadio estallando duro."
Si se lo preguntan, sí: Gato ya le hizo una canción a Millonarios y este 2024 se estrena. Es un homenaje a Alberto Gamero, actual técnico y personaje histórico del club.
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Gamero, que ganó en los 80 como jugador y que ahora lo hace como técnico, tendrá su propio himno al ritmo de una cumbia. Se lo merecía
¿Qué viene para Gato e' Monte en 2024?
Lo que se viene es terminar el disco que vamos a sacar con Felipe Orjuela e Iván Medellín. Poner a girar y a sonar más 'El talante de la noche' por toda Colombia. Mejor dicho, estar tocando a donde nos llamen.
¿Cuál es el propósito de año nuevo que nunca ha cumplido y que sí va a cumplir este 2024?
Sacar la canción de Millos
¿Cuál fue la primera canción que se aprendió?
Flaca, de Andrés Calamaro.
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¿Cuál es el/la artista con que soñaría hacer una colaboración o cantar junto en un karaoke?
Me hubiera gustado estar en un karaoke, mano a mano, con El Caballero Gaucho. Colaborar con Felipe Orjuela, se viene pronto.
¿Una cosa que le haya enseñado TikTok?
No uso TikTok.
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Si pudiera programar una IA para que lo reemplace en alguna actividad de la vida diaria, ¿qué la pondría a hacer?
Tomar los domicilios del Pollo Al Horno.
Si se fuera a leer las cartas, ¿qué le preguntaría para 2024?
Les preguntaría que, yo sé que vamos a ser campeones los dos semestres, si el goleador va a ser el mismo en ambos.