Un jueves cualquiera, en el monumento a las Banderas, al occidente de Bogotá, hasta doscientos adolescentes se reunían para escuchar rap. Los parlantes y el micrófono eran precarios, pero eso no era obstáculo para los artistas emergentes que querían compartir sus primeras canciones. El Muisca, rapero bogotano de veintitrés años, creció en el barrio Alquería de La Fragua, Kennedy, a cinco kilómetros de distancia .
Él era uno de los que, hace casi una década, llegaba cada jueves a Banderas. Con Ramzes Buda formaban La Cumbre, y allí podían probar sus habilidades y cautivar nuevos oyentes para que se conectaran con sus rimas.
—Banderas es la cuna del Muisca. Todo lo hacíamos con las uñas, pero ahí empezó a expandirse el nombre de La Cumbre. Vendíamos los discos, el merchandise. Y sobre todo, compartíamos con la gente que nos escuchaba. Banderas y Portal Américas eran ventanas para el arte que estábamos desarrollando— explica el Muisca.
Para contar su historia hay que empezar por su territorio. No por capricho, sino porque nos lo indica con su nombre.
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No se podía poner ´”Bogotá”, entonces buscó referencias que dieran cuenta de la ciudad a la que le debe todo.
Su investigación lo llevó a las culturas indígenas. Decidió bautizarse como el Muisca, una declaración de principios. Cuando escucharan su música en otros países y exploraran el porqué de su nombre, encontrarían sus raíces.
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Era un niño cuando conoció el rap, a Tres Coronas y Flaco Flow y Melanina, gracias a su hermano y su primo. No pasó mucho tiempo para que él también quisiera hacerlo. El primer intento fue malo; el segundo también, pero ya mejoraba algunos errores; y con el tercero pulió su técnica aún más.
Fue un proceso lento, prueba y error. Era 2016 y él tenía catorce años cuando empezó La Cumbre con Ramzes Buda.
—Las temáticas que abarcábamos eran las que se frecuentaban en el rap. No explorábamos tanto, estábamos buscando nuestra esencia. Por la inexperiencia, queríamos hacer algo bien hecho musicalmente hablando y dejamos de lado lo lirical. Solo buscábamos la rima. Entre eso salieron cositas buenas y otras no muy buenas, pero fueron la raíz para saber qué mejorar y qué mantener. Hablábamos de rap y de las experiencias de la calle. La primera vez que fuimos a cantar fue al Guavio, en el centro. Estuvimos desde las ocho de la mañana y nos quedamos hasta las siete de la noche: no cantamos.
Vinieron canciones con un contexto más claro, como 'Constante cambio', que retrata lo efímero de la existencia.
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La Cumbre acabó cuando los horizontes creativos de Ramzes y el Muisca se dividieron. Él tenía que seguir su carrera como solista, hacerse cargo. Lo inspiraron Keen Wan (Coffeling Prole), Danay Suárez, Rxnde Acozta y Al2 El Aldeano.
Estas influencias, a caballo entre Bogotá y Cuba, se plasmaron en su debut Descendencias (2018), con el que presentó quién era y cuáles eran sus ideales. Como al inicio, fue un terreno para enunciar el porqué de las cosas, así como para identificar las debilidades que debía fortalecer. Así encontró su estilo como solista, no solo como integrante de una agrupación.
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—Como solista aprendí a ser más seguro de mis decisiones, de mi personalidad; a solucionar mis cosas yo, no esperar que nadie lo hiciera. Busqué más formas de seguir con mi proyecto. Eso hizo que encontrara más gente que también es importante. Saber que yo tenía todo el control fue importante para seguir en la música.
Entonces, oscuridad. Entonces, muerte. Entonces, desamor. Entonces, desmotivación.
El Muisca se alejó de la música por más de un año. En ese momento el rap lo abrazó. Sus compañeros de gremio se acercaron con palabras y gestos que lo reconfortaron. Le dijeron que no podía dejar de hacer música, lo ayudaron a organizar eventos para que volviera al juego. Le mostraron el impacto de su música. Todo eso lo capturó en Tras bambalinas (2022):
—Fue el álbum que cambió mi vida, un nuevo comienzo para mí y mi carrera. Todo de lo que venía cargado lo dejé en el álbum. Me trajo muchísimo éxito, me dio esas alas para seguir con toda en el rap, parce. Solo quería hacer música para sentirme bien, darme un impulso. Con “Fundamentos” mostré mis razones para seguir viviendo. Con Joes (Yawar Cru) no nos hemos salido del rap porque nos da lo que necesitamos para sentirnos bien con el resto de la vida. Parce, esto no es un juego. Tenemos gente que nos ama, no somos pelados. Tenemos gente que vive de uno. Pase lo que pase hay que seguir adelante, independientemente de las dificultades.
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Una de las personas que definieron Tras bambalinas fue el rapero bogotano Penyair, conocido como una de las principales estrellas del hip-hop nacional , pero menos como productor. Así se hicieron amigos.
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—Penyair fue uno de los que me rescató, me dio la mano y produjo las primeras canciones de Tras bambalinas , como “Personalidad”, “Desperté sin ti” y “Sublime”; gustan bastante, han tenido un acogimiento increíble. “Personalidad” habla de unas decisiones que había que tomar, de la búsqueda de felicidad, de esos seres queridos que partieron pero siguen siendo motivación para hacer lo que a uno le gusta. Esas cosas que fueron derrota o mierdero se vuelven un jardín. Eso es, canalizar esa vuelta paila y transformarla. Puede servir para nuestras vidas y pensamientos.
Cuando hacía parte de La Cumbre, la voz del Muisca era un rugido rasgado, roto, ruido de revólver. Así se demostraba el carácter en esa época, en esa escena de slam y hardcore de Kennedy. Era la norma. Pero desde que inició su carrera en solitario, su registro se ha suavizado. La inseguridad del comienzo, que lo llevó a copiar la técnica que lo rodeaba, se disipó y salió el sol. Cada vez incorpora más elementos melódicos, como se aprecia en el EP Trance (2022) o en “Mujer sin nombre”, con Penyair, el mayor éxito de su carrera, dedicado a una amante tan ideal como hipotética. Ahora el Muisca fluye, cambió un muro por un río.
A finales de 2023, el Muisca presentó un nuevo sencillo, “Una parte de mí”. Un oyente desprevenido podría sorprenderse: ¿este es el mismo artista que hacía slam y forzaba la voz hace algunos años?, ¿ahora hace trap?
Bueno, los elementos de 808 y el repiqueteo de los hi hats que destacan en la instrumentación de este tema dan cuenta de su nuevo enfoque ante la creación. Si él ama toda la música, todo está sobre la mesa, mientras se haga bien. Lo aprendió de referentes como Rels B , el astro español que del rap underground saltó a la corriente principal y hoy se desliza entre todas las sendas de lo que llaman género urbano .
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—Me di cuenta de que podía explotar mi mi voz de muchísimas formas. Empecé a experimentar y me di cuenta de que no me podía negar a hacer otras cosas que me sonaban bien, a pisar otras tierras, a experimentar otros sonidos. Me gusta. Me di cuenta de que tengo algo muy personal con el rap, pero disfruto de la música en general si tiene sentido y está bien hecha.
Quizás como respuesta anticipada a las críticas, como propuesta renovadora o como simple manifestación de sus convicciones, el Muisca ha sentenciado que uno de los problemas del rap colombiano es que todavía se empeña en hacer música del pasado, la que caracterizó los inicios del siglo. Eso era hace veinte años, dice, hoy su generación no tiene por qué devolverse e ignorar la amplitud de posibilidades que se le presenta .
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—Antes era más difícil, era más análogo y el sonido era diferente, era más casero, conseguir los corotos era más complicado. Buscar hacer lo mismo sería negarse una nueva oportunidad, sería involucionar porque ahora tenemos las herramientas para construir un sonido de calidad. Antes era lo que tocaba, no había otra opción, no es que la gente quisiera sonar así. Y hasta en las letras: no estamos viviendo una época como la de hace veinte años, no es necesario tocar esas temáticas.
Si algo no ha cambiado es su método para mejorar: estudiar sus trabajos anteriores y pulir los errores.
Por eso ahora no solo busca que las rimas sean elocuentes ni que la melodía sea bella, sino que ambos vectores se crucen.
Ahora una letra le puede tomar meses, en vez de días, pero por eso está tan satisfecho: sabe que alejarse de la prisa lo acercó a la relevancia. Y en medio de ese proceso conoció a Arion Metimna, uno de los responsables de la serie Audio Directo, su principal aliado en la actualidad. Con él ya no solo busca mejorar su música, sino también aprender del negocio que la sostiene y difunde. Es el siguiente paso para que el rap continúe siendo su sustento y, sobre todo, el de su hija, que es su norte.
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En el rap, la canción favorita de amor del Muisca, esa temática que prevalece en buena parte de su discografía, es suya: “Condenado a ti”.
Orgulloso, explica que la hizo toda con músicos y que le permite adentrarse en una onda lo-fi, más suave. Junto con un nuevo sencillo que será publicado el 9 de febrero, ambos temas harán parte de Vida , un nuevo álbum, producido por Arion. Junto con algunas colaboraciones, el disco marca sus planes para el 2024. De resto, todo puede pasar. Lo único constante es el cambio.
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¿Qué viene para El Muisca en 2024?
¿Cuál es el propósito de año nuevo que nunca ha cumplido y que sí va a cumplir este 2024?
Cuando soñaba con salir del país, o de Bogotá, quería que fuera por el rap. El año pasado me propuse hacer una gira y viajar bastante. Eso quedó inconcluso. Este año quiero ir a México o a Europa.
¿Cuál fue la primera canción que se aprendió?
'Falsedades', de Tres Coronas.
¿Cuál es el artista con que sueña hacer una colaboración?
Bubaseta, Aldo y Rels B.
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Cuéntenos algo que haya aprendido a hacer en TikTok.
Más que aprender, me di cuenta de todas las herramientas que nos están brindando estos tiempos para mostrar nuestro arte. Ahorita TikTok está mandando, se está encargando de viralizar muchísimas cosas. Hay que aprender a tener una buena amistad con esta plataforma. Lo que hace es ayudarnos, de pronto hace que llegar al público no sea tan complejo.
Si pudiera programar una Inteligencia Artificial para que lo remplace en alguna actividad de la vida diaria, ¿qué le pediría que hiciera?
No sé si se pueda, pero algo que de verdad no me gusta es lavar la loza. Me gusta muchísimo cocinar, bastante. Todo lo disfruto. Si pudiera hacer algo para que se haga solo, sería lavar la loza.
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Si se fuera a leer las cartas, ¿qué les preguntaría para el 2024?
No soy mucho de dejarle mis proyectos o el futuro a ese tipo de cosas. Soy alguien más de proyectarse, escribir lo que quiere, saber qué necesita para poder llegar allá. Todo un poquito más claro. No dejo que la vida me de sus señales sino que intento premeditar la gran mayoría de cosas de mi música y de mi vida diaria.