Montañera es el primer proyecto solitario de la joven pero experimentada cantautora bogotana María Mónica Gutiérrez, quien sigue preguntándose a través de la música cómo es nuestra relación con el entorno. Esta vez su viaje va marcado por una mezcla de influencias que van desde lo electrónico hasta lo acústico, pasando por lo juguetón, el pop y un nuevo folclor urbano. Un nuevo dibujo del cruce entre folclor y las influencias urbanas.
Por: Juan Pablo Castiblanco Ricaurte // @KidCasti
En el 2011 María Mónica Gutiérrez empezó a figurar en la escena musical independiente bogotana como vocalista del grupo de jazz folclórico (y ahora con una preciosa propuesta para público infantil) Suricato. Cuatro años más tarde María Mónica creó junto a Felipe Ortega a Ságan, uno de los proyectos de electropop, synthpop o “pop cosmonatural” –como ellos mismos los rotulan– más importantes, vanguardistas y atrevidos en la música colombiana. Una vez más la voz de esta paisa-bogotana fue protagonista de un diálogo intenso entre lo digital y lo natural, entre lo terrenal y lo cósmico, que ha arrojado dos preciosos y fundamentales discos de la nueva música colombiana: Cada célula (2015) y II (2018).
Para cerrar el círculo, para retornar a sus raíces, para conectar su esencia “montañera” con la vida que ha llevado en una ciudad ecléctica como Bogotá, María Mónica creó su proyecto personal Montañera, cuyo primer disco, Encarnación , se lanzó en agosto de 2018. El disco de 10 canciones, producido por Carlos Quebrada, es una rica y poderosa compilación de experimentos que oscilan entre lo pop, lo folclórico y lo infantil. “Montañera es una identidad muy arraigada a lo colombiano, al campo, a la montaña, a la naturaleza, a lo simple, a la vida tranquila, a estar en conexión con el silencio. Propone un retorno a lo primordial, a entender el contexto de donde uno viene”, explica María Mónica.
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Con Encarnación publicado –un disco que dibuja lo que es vivir en una ciudad en estos tiempos, en medio de múltiples ritmos de vida, influencias, culturas e historias–, el sendero que viene para Montañera es un poco más libre y flexible. Mientras se presenta en vivo, María Mónica también tiene planeado lanzar varios sencillos que vayan encontrando su camino al andar y que, sobre la marcha, marquen el sonido del segundo disco. “Soy una persona muy metódica que siempre tiene plan para el año, para el mes, para la semana, pero este año siento que es EL año porque estoy abandonando esos esquemas de antes. Eso le beneficia un montón a la música porque es darle total libertad; que ella misma haga el camino que quiera desde un lugar de rebeldía.”
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Montañera es uno de los proyectos abanderados por Marca Colombia y más que convertirse en un panfleto publicitario, esto se ajusta a uno de los objetivos de María Mónica; si bien el sonido es más electrónico que acústico y no se podría enmarcar plenamente en una etiqueta folclórica, sí hay indicios y trazos de vallenato, bambuco, ritmos andinos o hasta bullerengue. “Busco que la gente también empiece a identificarse con cosas muy colombianas, porque uno está acostumbrado a hacerlo con referentes extranjeros y pues bacano voltear la mirada hacia acá”. Así, Montañera es una nueva demostración de cómo esta generación de músicos sigue redescubriendo el folclor ancestral mientras se adapta al ruido inclemente del siglo XXI.