La vida es una tragicomedia y la ‘Siempreviva’ no es la excepción. Este combo de personajes con los que la vida se ensañó sin compasión se enfrentan este fin de semana al escarnio de los cinéfilos, quienes podrán darle la oportunidad que se merece de contarles una historia con memorables momentos de cotidianidad y otros cargados de dolorosas ausencias, aquellos que solo las víctimas del Palacio de Justicia podrán entender com propiedad.
Por: Luis Fernando Mayolo @mayolito
Por eso decidimos hacer la tarea que deberíamos realizar cada vez que se estrena una película colombiana: sentarse con el director y parte del elenco, para confrontar nuestras impresiones con las de los que invirtieron tiempo, talento y entrega para divertirnos, impresionarnos y ponernos a pensar un buen rato sobre cosas que sin su trabajo difícilmente haríamos.
Una película que como antes les habíamos contado perfectamente podría recordarse como una de las mejores del año, pronunciándose a su manera sobre uno de los temas tabú de nuestra historia patria, a través de un desempleado convertido en payaso, un prestamistas usurero, un ama de casa sometida a su marido, una abogada recién egresada que encuentra una oportunidad pero como empleada de una cafetería y otros integrantes de esta familia disfuncional, una que juntó a las malas la vida, en una dinámica cruel semejante a la ley de la selva, en la que siempre hay depredadores y presas, que luchan incansablemente por sobrevivir, algunos a costa de los demás.
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Hablamos con Klych López, el director, y Andrés Parra, quien interpreta a Sergio, un hombre que busca salir adelante trabajando como payaso. De esta charla salió esta interesante historia.
Mayolo: La ‘Siempreviva’ es una tragicomedia con personajes desesperanzados, que buscan salir adelante como sea. Esta visión de la vida fue lo que más me impresionó. Estoy en lo correcto o ustedes lo ven de otra manera.
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Andrés Parra: Yo estoy de acuerdo, me parece que es lo que hacemos nosotros como Colombia, como país, el humor y la burla sobre nosotros mismos es lo que nos ayuda a sobrevivir. Somos uno de los países con más problemas de Latinoamérica y seguimos siendo a la vez el país más feliz del mundo, según ellos. En ese sentido Sergio, mi personaje, obedece a esto, teniendo como combustible una poderosa carga de humor negro que viene con la película.
Klych López: Claro que también ocurría que cuando hablábamos sobre los personajes siempre tenían ese tono, que sucumbe y desciende al infierno. Para ustedes, ¿cuál es el malvado? una pregunta muy difícil, porque son tan humanos que uno dice ya entiendo por qué actúan así. Aquí no se tiene ese paradigma del mito del malvado, y eso también tiene mucho que ver con Colombia.
Mayolo: Veo como una ley de la selva en la película, donde hay depredadores y presas, que se aprovechan de la desgracias del otro para sobrevivir...
Colombia está resumida en esa casa. Todos los personajes están ahí adentro. Yo proveo, pero devuélvame eso y algo más. Una vaina muy jodida.
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Mayolo: Cuando fui a ver la película la referencia que tenía era de una historia sobre la tragedia del Palacio de Justicia. No había visto tráilers, ni nada. Pero ya viendo la cinta, cuando esta iba por la mitad y no aparecía todavía ese tema de manera directa me preguntaba: ¿qué pasa ahí? Luego pensé: no es sobre el Palacio sino sobre una especie de familia disfuncional. Es curiosa esta percepción, ¿esa era la intención? ¿ y cuál es entonces la importancia de ese elemento para la historia?
Andrés Parra: A mí me parece que desde el inicio de la historia y lo que plantea Miguel en la obra de teatro en la que se basa la película, ese es el gran acierto: que él no abordó ese tema desde dentro, sino desde cómo el ser humano se comporta ante una situación así y sobre todo cuando está directamente implicado, porque en medio de ese problema es un miembro de la tribu el que se pierde. Es chévere porque también refleja lo que nos dura la solidaridad o la indignación a los colombianos, es una perfecta radiografía de eso. Pasa lo de la niña y nos unimos y ves al prestamista abrazarse con Sergio, hay un ambiente de vamos a planificar y ayudarnos, y a los dos meses esos dos hijueputas se están matando. El palacio es un marco, pero la película se adentra es en la tragedia humana, en la desesperanza, la frustración, en los pequeños momentos de alegría o medio ilusión y cómo los afecta esto. A mí me encanta el tema sonoro para esto, porque uno se siente en la guerra, con tanques tiroteos, la gente, eso me parece muy chévere.
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