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Festival de Ancón: 50 años desde que los hippies dieron ejemplo de unión en Colombia

El llamado Woodstock colombiano cumple 5 décadas.

Festival de Ancón - 1971
Imágenes del festival de Ancón, en junio de 1971.
Foto: Archivo La Prensa - Dr. Rock.

Hace 50 años ocurrió Ancón, uno de los primeros festivales musicales en Colombia, impulsado por la escena hippie local. Miles de jóvenes viajaron desde diferentes partes del país al municipio de La Estrella (Antioquia) entre el 18 y el 20 de junio de 1971 para un encuentro con la música, la naturaleza y la libertad.

Participaron bandas como La gran sociedad del Estado, La columna de fuego, La planta, Terrón de sueño, La banda del marciano, Carne dura, Los Monsters, Conspiración del Zodiaco, La Banda Universal del Amor, Los Láser y Free Stone, entre otras.

Además de la música, Ancón fue un espacio que miles de jóvenes encontraron para liberarse de la rigidez religiosa y familiar de la época, justo durante el último gobierno del Frente nacional.

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Fue un festival hecho con las uñas, sin ningún tipo de patrocinio; solo con el propósito de hacer un llamado a la paz y el amor a través del arte. Como lo decía el propio slogan de festival: “pura cuestión de fe”.

Para el año de realización de Ancón, la escena hippie colombiana ya estaba consolidada en varias ciudades y Bogotá ya había sido sede del Festival de la Vida en el Parque Nacional, en 1970.

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Puntos como el Parque de los hippies, el Teatro la Comedia (hoy el Teatro Libre), y Lijacá (en ese entonces era un municipio aledaño y no un barrio de Bogotá) eran algunos de los puntos de encuentro de los hippies de la capital.

“Aún estamos en el signo de géminis, el signo de Mercurio. Con él todo es rápido, speed”.

Con estas palabras de Gonzalo Caro “Carolo”, organizador del evento, se dio inicio al festival, según reportó el escritor y periodista Germán Castro Caycedo. Una popular leyenda alrededor del festival dice que a Carolo se le ocurrió hacer el evento en ese lugar mientras estaba en la búsqueda de hongos alucinógenos.

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En el escenario se hicieron anuncios sobre el consumo de drogas. “la gente que tiene en el campo tiquetes de viajes cósmicos, mucho cuidado… y si alguien se siente mal, si alguien pone mucha carga en sus pasajes, aquí detrás del escenario estamos para ayudarlos”.

“Maestros, tengan cuidado quienes tengan pasaje de viaje sicodélico. Los que sientan que van viajando muy lejos y se pierdan, vengan acá para atenderlos”, era algunas instrucciones del presentador del evento. Había tres carpas de auxilio de la Cruz Roja. Un reporte del fallecido periodista Henry Holguín decía: “la marihuana, los hongos alucinógenos, la cocaína, y el LSD importado directamente de Estados Unidos se han vendido y consumido en cantidades impresionantes”.

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Eso sí, no se permitió el consumo de aguardiente “para frenar los desbordamientos propios del alcoholismo”. Nadie sabe cuántas personas estuvieron en realidad en Ancón, pues hay reportes desde los 5.000 hasta los 200.000 asistentes. Se estima que buena parte de quienes fueron se colaron sin pagar los 13 pesos con 20 centavos que costaba la entrada.

A "Carolo" muchos le advirtieron que nunca podría hacer el festival en una ciudad tan conservadora como Medellín. El Dr. Rock, conocido en la escena hippie bogotana le dijo: "¡Qué va, hombre! Que van a poder hacer uno de esos conciertos en Medellín si ahí rezan el Rosario en familia y los mandan a dormir".

Días antes de su realización, la Asociación de colegios Privados de Antioquia emitió un comunicado rechazando el evento. “Se trata de una reunión de seres anormales y deshonestos en su máximo (…) Protestamos contra este acto contrario a las tradiciones de nuestro pueblo, se trata de un evento degradante y repulsivo”, decía el documento.

Ancon (1971)
Uno de los asistentes al festival de Ancón, en junio de 1971.
Foto: Archivo La Prensa // Dr. Rock

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“Para este 18 de junio está programada la inauguración del festival y amor en Medellín, durante la cual se darán cita centenares de hippies nacionales y extranjeros. La noticia no tendría nada de alarmante, si no supiéramos que detrás de ese hermoso, pero falso lema, se esconde un mundo de corrupción y delincuencia que ha llenado de dolor a los países y ciudades que han tenido la desventura de ser escenario de tales certámenes de depravación moral” declaraba una editorial del periódico El Colombiano.

Tulio Botero Salazar, arzobispo de Medellín, consideró que el festival “atentaba contra las buenas costumbres y la moral cristiana”. “No me explico cómo las autoridades locales han permitido que en un ambiente tan profundamente cristiano como el de Medellín se lleven a cabo eventos de esta naturaleza”. Es recordado que Botero anunció que quienes asistieran al festival serían excomulgados. Incluso personas de izquierda decían que la CIA estaba infiltrada en el festival y señalaron que Estados Unidos estaba detrás del evento.

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Pese al rechazo de muchos a la realización de Ancón, fue el propio alcalde de Medellín, Álvaro Villegas Moreno, quien inauguró el festival (de allí que algunos medios lo apodaran "el alcalde hippie"). “En todos los países del mundo se da permiso a los jóvenes para que realicen esta clase de festivales. Ni en Medellín ni en Colombia entera hay un solo joven a quien no le guste la música rock”, declaró Villegas.

"Woodstock colombiano"

El festival no era solo para hippies. Había personas de todo tipo. Muchos curiosos se acercaron al festival para comprobar si sería el bacanal de horror y crimen que pronosticaron los medios (incluso llegó la reconocida presentadora Gloria Valencia de Castaño a entrevistar a los asistentes). Se sorprendieron al ver solo jóvenes que querían escapar de la realidad por un momento a través de la música.

Llovió durante buena parte del festival, pero eso no impidió que muchos se quedaran cantando entre el barro (muchos incluso acamparon en el lugar). No se registraron hechos violentos, pero algunos sí se demoraron un poco más de lo esperado en regresar del “viaje”.

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Es frecuente que se diga que Ancón fue el "Woodstock colombiano". "Muchos lo comparan por el caos, la atmósfera, el ambiente, por la cuestión de libertad. Miles de jóvenes encontraron en el rock una forma de expresión. El rock genera esos vínculos entrañables. En un departamento tan conservador como Antioquia, fue un grito de libertad", opina el escritor Jacobo Celnik, autor de La causa nacional: historia del rock en Colombia.

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“Esa demostración de miseria humana, de tragedia sexual de una juventud inconforme, que durante 72 horas mostró al mundo una parte del futuro pesaroso y triste de la sociedad colombiana, no sirvió para nada”, escribió Carlos Machado, periodista de El Siglo. La historia se encargó de demostrar que Ancón fue un evento generacional irrepetible que demostró todo el poder de la juventud y la música. En un país dividido entre conservadores y liberales, un grupo de hippies "mechudos" demostró que la unión y la paz sí eran posibles.

Con información del libro El Festival de Ancón: Del quiebre histórico a la quiebra histórica (Alcaldía de Medellín).

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